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Selección de los miembros

La Especial evitará en el jurado a quienes lo han sido los últimos años

La Federación gestionará quien califica sus fallas y no habrá límites por experiencia o sexo

Falla l'Antiga de Campanar, ganadora que se llevó el tercer premio el año pasado. germán caballero

La Federación de Fallas de Sección Especial ha vuelto a dar un giro a su fórmula para calificar y premiar sus monumentos y, en la edición de 2019, confeccionarán ellos mismos el jurado, aunque con algunas condiciones previas.

Se trata de un nuevo intento de conjugar no ya el resultado, que es evidente que la satisfacción que provoque será directamente proporcional a las expectativas, sino, sobre todo, la sensación, la actitud de los calificadores. En los dos últimos años ha habido problemas. En 2017, cuando también lo confeccionaron las propias comisiones, se detectaron altibajos en las puntuaciones que daban la sensación de ser una forma de perjudicar deliberadamente. En 2018, comentarios y fotografías que se hacían miembros del jurado que llevaron incluso a preguntar a una comisión (la plaza del Pilar) por cómo se habían producido las votaciones. Ahora, las participantes han tratado de establecer condiciones que tiendan a depurar, en la medida de lo posible, los problemas de ediciones anteriores.

Cada comisión presentará tres candidatos, ante la posibilidad de que exista vetos por parte de las demás. Cada candidato será examinado por el resto de participantes para determinar si está suficientemente «descontaminado».

Finalmente quedarán nueve jurados finalistas y habrá un sorteo por el que siete de ellos serán los agraciados, aunque no lo sabrán hasta el momento de salir, quedando los otros dos como suplentes.

Estos calificadores no habrán podido formar parte del jurado de la Especial en los últimos tres años, lo que supone una fórmula parecida, pero sólo parecida, al jurado de fallera mayor y corte de honor, aunque en este caso la «cuarentena» es de cinco años. No hay condiciones de experiencia o inexperiencia o de ser hombre o mujer.

Calificar, sumar, debatir...

Los calificadores irán en grupo y acompañados por el presidente de la Federación, Santiago Ballester, que hará las veces de notario. Una vez visitada cada monumento se votará y depositará en sobre cerrado la puntuación para, una vez llegados a la Junta Central Fallera, realizar las sumas, eliminar la más alta y la más baja y debatir lo que haya lugar.

¿Cual es el problema que tienen los jurados en la máxima categoría? Principalmente esa imposibilidad de satisfacer a todos. Tanto las que apuestan los los premios altos como los de la «Especial B», un cuarto premio puede ser un drama y un quinto, un gran éxito. No se trata, pues, de encontrar una solución a lo que no lo tiene, sino que se de la mayor sensación posible de un trabajo desarrollado pulcramente desde el primer minuto.

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