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Tradiciones

Tro de Bac: Tímido resurgir del petardo más vinculado a las Fallas

La demanda de este trueno aumenta un 26 % respecto a 2018, lo que se traduce en 4.000 unidades más

Falleras de la Corte de Honor 2018 en una «despertà». MAO

Su estruendo resuena casi con el mismo ímpetu que su arraigo cultural en la festividad valenciana por excelencia: las Fallas. Resulta impensable hablar de ellas sin evocar el fuego y la pirotecnia y, del mismo modo, el característico Tro de Bac.

Su origen de carácter familiar y hereditario, ya que mediante este los abuelos de las familias introducían a sus nietos en el arte del fuego, se remonta al s. XVIII, aunque no fue hasta un siglo después que su uso evolucionó al canuto de papel.

Música indispensable de numerosas festividades en antaño, actualmente su uso se restringe a las populares «despertàs» después de que en el año 2012 se endureciese la normativa europea. Al ser catalogado como producto pirotécnico de «clase 3», previsto en la Instrucción Técnica Complementaria 18 sobre manifestaciones religiosas, culturales y tradicionales con artículos pirotécnicos, solo aquellas personas que superan la mayoría de edad pueden manipularlo, previa acreditación. Y es que, la normativa introdujo la necesidad de poseer el certificado de Consumidor Reconocido como Experto (CRE) en fuegos artificiales para poder disparar el mítico petardo.

Restricciones a las que se sumó la obligatoriedad de solicitar un permiso específico para su fabricación y que hicieron que este solo perdure en los actos de «despertà» organizados por el Ayuntamiento de València. Tanto es así, que de las casi 30 casas que lo elaboraban, solo la pirotecnia Zarzoso mantiene vivo su sonido. Casi diez años después, ¿qué le depara al Tro de Bac?

Futuro de contrastes

En el presente ejercicio fallero se explotarán más de 750.000 truenos, lo que supone una fabricación de 15.000 cajas y un aumento de la demanda del 26 % respecto al año anterior. Además, según Daniel Claver, presidente de la Federación de Asociaciones de Amics dels Coets, la cifra de responsables del grupo CRE es de 12.000 personas.

Datos que hacen posible pensar que la voluntad de recuperación del Tro de Bac es cada vez más latente. De hecho, la Junta Local Fallera (JLF) de Torrent introdujo como novedad para este ejercicio el uso de este petardo en la «despertà», que se ha disparado hoy en la localidad a primera hora de la mañana, con la voluntad de «recuperar este elemento tradicional en la fiesta», como expresó Ana Royo, presidenta de la JLF, a este diario hace un par de días. Una reivindicación que también se traslada al ámbito digital de la mano de IOWA Dynamic y la Fundación Pixel al crear una App que reproduce el sonido del Tro de Bac al pulsar la pantalla, llegando a lanzar 20.000 truenos virtuales el pasado año.

Pese a esto, «el futuro del Tro de Bac es negro», según expresa Antonio Zarzoso, quien reconoce que su fabricación solo supone el 6 % de la facturación anual de su pirotecnia. Y es que, pese al intento de negociación de una rebaja en la condición de peligrosidad y requisitos de producción y uso del trueno, este cayó en saco roto. «Hay muchas comisiones falleras que se echan para atrás porque para poder disparar los truenos hay que pedir demasiados permisos», lamenta. No obstante, pese a reconocer su inviabilidad económica debido al alto coste que supone fabricarlos, así como la dedicación que requiere tal proceso, pues su elaboración es toda manual, Zarzoso defiende el que él considera «un producto tan nuestro».

«Si no estuviésemos fabricándolo, el trueno se hubiese perdido. Tenemos la obligación moral de mantener viva esta tradición valenciana», afirma. Desde la pirotecnia, el año pasado intentaron gestionar la organización de una «macrodespertà» en Alicante con la finalidad de ensalzar el tan estimado petardo.

Por su parte, pese a la restrictiva normativa y el desplome de la venta que conlleva, Claver expone que la voluntad de la federación «es que persista este trueno». «Somos muchas las personas que amamos la pirotecnia y nos desvivimos para que las tradiciones culturales de la Comunitat Valenciana sigan como toda la vida», concluye.

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