Empezar el ciclo de mascletades en fin de semana tiene el problema de a quién le toca el lunes. Hasta el cielo se encenizó para recibir a la Pirotecnia Zaragozana, aragonesa de lugar y valenciana de espíritu. Muy poca gente (si poca gente quiere decir que, en el momento de empezar, todavía llegaba gente a María Cristina) y rápida escampada general. Pero el disparo fue correcto, honrado y a la gente le tenía que gustar sí o sí, porque acabó muy fuerte. La gente aplaudió y se marchó como si no hubiera un mañana. «Este año hemos cambiado la ubicación de los fuegos aéreos y han dado mayor potencia al final. En concreto, el terremoto tenía un treinta por ciento de la carga. Todo en veinte segundos» decía Luis Brunchú. El espíritu continúa. En el balcón, muy poca gente. Enric Morera, Frederic Ferri... esa tarde iban a pasar cositas y el alcalde no tuvo que prodigarse en atenciones más de la cuenta.

Comisiones de Mislata, Quart y Xirivella son las que coparon la lista de invitadas, por mor del número de censo. En la plaza, la cabeza de la falla municipal es carne de selfi y la fiesta, en esta ocasión, se disolvió con celeridad.