Los aproximadamente 250 falleros y falleras de la Falla Joaquín Navarro-Carrícola se han visto obligados a cambiar de local, a falta de siete días para la plantà, porque el que tenían, una nave industrial de 1930 ubicada en la calle Río Miño, 5, fue declarada en estado ruinoso y en riesgo de derrumbe por diversos informes de arquitectos.

Esta comisión llevaba en dicha sede desde el año 2000, pero hace unos días un informe determinó que era peligroso permanecer allí. La falla solicitó otro informe a otro despacho de arquitectos, que confirmó el análisis inicial. En su informe aseveró algunas correas de la cubierta tienen signos de pudrición y/xilófagos (carcomas y termitas), entre otras cuestiones, lo que les hace concluir que la estructura «no dispone de los coeficientes de seguridad exigidos por noma para su uso» por lo que «se aconseja el desalojo de la nave». La comisión empezó ayer el traslado a otra nave, algo más pequeña, que les cede el mismo propietario de la anterior, pero esta es más pequeña, por lo que no saben si será suficiente para albergar sus actos.