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Entrevista

Ampar Cabrera: "La falla es crítica y la poesía festiva tiene que serlo"

Cabrera asevera que ningún artista ni comisión le ha dicho nunca sobre lo que podía escribir y lo que no

Ampar Cabrera: "La falla es crítica y la poesía festiva tiene que serlo"

Ampar Cabrera es una de las pocas mujeres que se dedica a escribir «llibrets». Un gremio históricamente copado por los hombres, pero donde ellas ganan muchos premios porque «tenemos otra forma de ver el mundo», asegura.

¿Cómo se introdujo en el mundo de la poesía y en el de la poesía festiva?

La poesía me ha gustado siempre, primero como consumidora y desde muy joven como creadora. Un día llegó una carta a mi falla sobre unos cursos de poesía festiva de lo Rat Penat y ahí me introduje en este mundo. Eso fue en 2006 y ya gané premios. Luego pasé a la sección general y rompí todas las barreras porque en el primer año gané un premio extraordinario. En 2011, conseguí el primer premio general, el Bernat Baldoví, y desde entonces he ganado otros cuatro más.

Además, también ha roto barreras en un mundo que tradicionalmente ha sido siempre muy masculino.

Es verdad que no somos muchas mujeres. Este año había 6 de un total de 53 autores, pero copamos muchos premios porque tenemos otra forma de ver el mundo. Para mí, cada uno de estos premios es muy emotivo.

¿Cree que gozan del reconocimiento que merecen?

Es verdad que este mundo de la poesía festiva ha sido siempre muy de hombres. Pero hay un problema más general. Y es que no se nos reconoce en ningún ámbito, ni en el literario, ni en el institucional ni siquiera en el de las fallas, por parte de las propias fallas sí, pero no por las autoridades. Creo que una mujer que hace poesía sea entrevistada en el día de la mujer [cuando se llevó a cabo la entrevista] es un logro muy grande. Por otra parte, nunca me he sentido discriminada por un hombre, pero sí por la lengua.

¿Y por las temáticas?

Tengo toda la libertad del mundo. Nadie me cohibe ni me corta. No hay ningún artista o comisión que me haya dicho nunca: «Esto no puedes hacerlo» o a «Esta persona no puedes criticar». Me meto con mucha gente, pero de forma elegante. Las fallas es crítica y el «llibret» tiene que serlo también. A mí, por ejemplo, me gusta mucho escribir sobre «lo verde» y ahí está el espíritu de Bernat Baldoví y del Virgo de Viçanteta. Además, a la gente también le gusta y busca eso en la falla. Desde ciertos ámbitos, como el Consell de la Dona, quieren que nos tapemos todas, pero las fallas no van a taparse. Además los artistas tampoco están por la labor, ya te lo digo yo.

Tuvo algunos problemas para publicar sus poesías en el «llibre faller»en años anteriores, ¿no?

Sí, en 2015, cuando entró el nuevo presidente de Junta Central Fallera, tuve problemas porque él no admite la libertad de creación. Porque yo escriba con las normas de El Puig, que tienen una ortografía, una gramática y que, simplemente, lo que hacen es acercarse más a la fonética valenciana que a la de la unidad de la lengua que quieren ellos, no tienen por qué discriminarme.

Pero al final sí que se publicaron las poesías.

Yo les dije que dejaran que votara la asamblea y eso es lo que se hizo. Actualmente, el mundo fallero es el que está defendiendo la cultura y las tradiciones y hay que agradecerles que hagan esos llibrets tan preciosos, que den valor a la poesía festiva y que los carteles de falla sean en valenciano.

Hay quien critica que no estén también en castellano...

Pero nuestra cultura es la valenciana. Si quieren venir a ver las fallas tienen que adaptarse a ella, un poco al menos. El turismo y el Patrimonio de la Humanidad están muy bien, pero nuestra cultura es la que es y tenemos la obligación de mantenerla.

También en el propio valenciano hay dos formas de escribir que chocan.

Está el valenciano de las normas de Castelló y el de las normas de El Puig, ambos se reflejan en els «llibrets», pero es valenciano al fin y al cabo. Yo me decanto por el de El Puig, porque es mi creencia, en lo que he crecido. Sé escribir con las otras normas, claro que sí, pero no quiero escribir así y mi libertad va ante todo.

¿Puede un poema escrito con las normas de Castelló ganar premios de «llibret»?

Claro que puede. No sé qué premios se habrán llevado este año, pero me consta que hay varios «llibrets» escritos con esas normas y no pasa nada.

¿Es justo el sistema de votación de estos poemas?

Yo creo que sí. Los jurados están dos meses leyéndolo todo. Hay un sistema de baremación por rima, métrica, ortografía, gramática e impresión general. Y se va puntuando con décimas y centésimas y luego se suma. Además, cuando se junta el jurado y da las votaciones ninguna puede estar un 20 % por arriba o por abajo de la media. Es decir, no puedes ponerle un cero a un poema si el resto le ha dado un 8 de media. Eso lo hace muy democrático.

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