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Decisión

Vallan la Lonja para protegerla de los orines y del incivismo en Fallas

Cultura presiona para que las comisiones falleras respeten las distancias de las carpas respecto de los monumentos históricos

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Valla antiorines y antivandalismo en la Lonja de València

La Lonja de València, joya del gótico civil reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se pondrá este año a salvo de posibles agresiones, incivismo, suciedad y orines durante las fiestas falleras y, por primera vez, el monumento será vallado. La Concejalía de Cultura y Patrimonio ya ha contratado la colocación del dispositivo que cerrará, al menos, las partes más sensibles del edificio. Entre ellas, la calle Escalones de la Lonja, donde recae una de las fachadas laterales del monumento, que es usada como urinario improvisado por el público que asiste a los eventos musicales del entorno.

La plaza del Mercat, a la que recae la fachada principal de la Lonja, registra elevadas concentraciones de público durante las fiestas. Además de ser zona de paso habitual dentro del «tour» fallero y de la «mascletà» de la plaza del Ayuntamiento, la plaza del Mercat es la zona de actividades de la comisión fallera del mismo nombre, que instala en ella un escenario para las verbenas, las barras de venta de bebidas, el propio monumento fallero y otros elementos añadidos, como urinarios portátiles.La concejala de Cultura, Gloria Tello, explicó que la decisión de vallar la Lonja se adopta porque «es prioritario proteger el patrimonio y en especial la Lonja, que es nuestra joya». La concejalía asegura que se ha comprobado que tanto el escenario como los demás elementos que montan los falleros en esta plaza cumplen con las limitaciones de distancia respecto a los monumentos protegidos. El problema son los comportamientos incívicos de los que acuden a los conciertos y en vez de utilizar los WC químicos, orinan en la Lonja, y usan además como reposavasos el alféizar de los ventanales góticos. La imagen de suciedad y degradación se produce todos los años y«no queremos que se repita», recalcó Tello.

Lo ideal, apuntan en Cultura, sería poder alejar más allá de Guillem de Castro este tipo de actividades festivas con impacto sobre el patrimonio, aunque jurídicamente es complejo. De momento, Tello aplicará este año más mano dura con las carpas falleras. En los meses previos a las fallas se ha hecho un trabajo intenso con las comisiones para que los montajes respeten la distancia de los monumentos que se fija en el bando fallero del alcalde. Las limitaciones a las carpas se han fijado en cumplimiento de la normativa autonómica de Protección del Patrimonio y de las propias normas municipales, entre ellas, el Plan de Ciutat Vella, que tramita el ayuntamiento y que limita la distancia de las terrazas de la hostelería. Las instalaciones provisionales, como es el caso de las terrazas y las carpas, deben respetar una distancia de ocho metros respecto de la fachada principal de los monumentos y tres metros en el caso de las las fachadas laterales.Esta es la misma limitación de distancia que se ha aplicado en el caso de las carpas falleras, que ya se han empezado a instalar en la ciudad y que este año sumarán 250 instalaciones. Los técnicos de Patrimonio han estado supervisando con las comisiones los montajes para comprobar que cumplen.

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