Los grandes espectáculos suelen llevar consigo un público masivo, pero también exigente, que aplaude los éxitos, pero que también es crítico cuando algo no sale como esperaban. Y en esto las «mascletades» de la plaza del Ayuntamiento no son, ni mucho menos, una excepción. Ayer se pudo comprobar cuando en el tramo inicial del disparo, a cargo de Zarzoso, un fallo digital dejó la plaza en silencio por unos segundos, lo que generó, de inmediato, los silbidos del público. Afortunadamente, y tras los nervios y las carreras de rigor a pie de mascletà, se pasó al disparo manual y todo continuó según lo previsto. Al final, la potencia, con 211 kilos de material reglamentado, y la efusividad que había programado Antonio Zarzoso propició que el masivo público lo aclamara como se merecía.

Aún así, el gerente de esta pirotecnia de Altura explicaba, con cierta tristeza, lo ocurrido: «Hemos tenido que anular el inicio digital. Habíamos hecho las comprobaciones previas, estaba todo bien y cuando tenía que haber entrado el digital se ha venido abajo la máquina y no ha ido», explicó.

Zarzoso reconocía que aunque apenas habían sido unos segundo es algo que «se nota», pero matizaba que su profesión «es así». «¿Quién no se la juega?», se preguntó. Tras ello, el pirotécnico pidió disculpas: «Lo sentimos mucho. No es lo que queremos», aseveró. No obstante, Antonio Zarzoso señaló que la mascletà gustó al público, dado que «en sí estaba muy bien». «A la gente le ha gustado pero uno mismo no está contento», afirmó esperando que el próximo año todo salga mejor.

Entre los invitados al balcón principal del Ayuntamiento para presenciar la «mascletà» estaban el premio Nobel de Química en 2016, el francés, Jean-Pierre Sauvage, que hace unos días fue investido doctor honoris causa por la Universitat Politècnica de València, así como la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, o las personas representantes de los Centros Valencianos en el Exterior. Protagonista fue también la Fallera Mayor Infantil, Sara Larrazábal, que poco antes colaboraba en acabar la falla municipal infantil colocando unas pequeñas falleras echas por ella misma y su corte que se llevarán a casa el día 19. Ella mostraba su alegría por esta falla que además, tiene olor, pensando así en las personas invidentes.