El tópico de que «las Fallas empiezan el día 20» se aplica especialmente en la indumentaria tradicional. Con el primer día del nuevo ejercicio, y a imagen y semejanza de las campañas de las grandes superficies, establecimientos de indumentaria tradicional inician su campaña de rebajas.

Que propiciaron escenas llamativas, como son comercios saturados o incluso colas en la calle. Es la particular locura por adquirir, fundamentalmente, cortes de tela de la temporada recién finalizada. Puede sorprender al profano, puesto que a ojos ajenos, las telas parecen todas iguales.

Pero en breve aparecerá el nuevo muestrario, con nuevos colores y dibujos (en algunas tiendas ya hay material nuevo) y primero hay que vender los cortes que permanecen en las tiendas. Formarán parte del ajuar de las nuevas falleras mayores, no para el traje de su presentación, pero sí para sus trajes segundo, tercero o más. Y también para falleras sin cargo, que necesitan ya ir cambiando de traje.

Establecimientos como Álvaro Moliner son de los más veteranos en estas lides. «Empezamos con ofertas como los cien cortes a cien euros y está muy consolidado» asegura el dueño de la empresa. «Se vende algún complemento, pero la práctica totalidad son telas». Las de precio muy asequible y otras de más calidad, pero muy por debajo del precio habitual.

Tanto, que ayer era una estampa habitual ver personas llevando tubos envueltos en tela, con los cortes en su interior. Pero una cosa es comprar la tela y otra es que alguien la cosa. Muchas van a parar a modistas particulares pero otras vuelven a las mismas tiendas. «Estos días cogeremos unas cien reservas para confeccionar los trajes», decía Vicente Pérez, responsable de la firma Roa.

Las rebajas mueven en este tipo de campañas entre el 30 y 40 por ciento del volumen de venta durante el año y se prolongará durante entre tres semanas y un mes. Después llegará el turno de los nuevos colores y formas, que las sederías están ultimando.