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Secuelas

Juanjo García: "El accidente es un aviso que me debería hacer replantear algunas cosas"

El artista se recupera de la fractura de costillas sufrida al caerse desde cuatro metros durante en la "plantà"

Juanjo García, a la derecha, con el presidente de Sanchis Bergón durante la «plantà». m. domínguez

Con barba de dos días y un hematoma debajo de los ojos. «Es el golpe de las gafas». Por detrás, un «bollo» en el cuero cabelludo. Pero, por lo demás, es el mismo Juanjo García de siempre. Un poco más apagado en el tono de voz, pero preparado para las ocurrencias. «Posiblemente haga alguna escena sobre esto. Lo que pasa es que ahora no lo puedo hacer porque me río y entonces me duele más». Pero también reconoce que «quizá haya que tomarse las cosas de otra forma». Ya está en casa. Juanjo García dio, en los días de «plantà», el gran susto cuando caía desde una considerable altura mientras intentaba falcar una pieza de Ripalda-Sogueros. Ahora, en pleno proceso de recuperación , repasa lo que han sido sus fallas más especiales, en lo bueno y en lo malo. «La verdad es que quizá hay que tomarse las cosas de otra forma. Esto es un aviso. Uno ya no tiene treinta años. De hecho, tengo 62, y quizá hay que replantearse cosas. Son avisos de los que hay que tomar nota. Lo que pasa es que esto te gusta demasiado. Eso es lo jodido: que me gusta, pero quizá si se puede hacer las cosas sin pasarse... pero inmediatamente reconoce que «lo que me pasó no fue por un exceso de trabajo, ni de estrés ni de nada. Pasó porque tenía que pasar. Y si no me hubiese caído, podría haberme pasado por encima la rueda del camión...»

Hay que recordar cómo ocurrieron las cosas: Juanjo García se había encaramado a una escalera para rematar la falla Ripalda-Sogueros. Tenía que ensartar unos ninots a cuatro metros de altura. Y, de repente, la escalera cedió. «El suelo en esa calle es irregular, con adoquinado. No debió asentarse bien la escalera y me fui al suelo». Recuerda «el momento en que perdía el equilibrio y mi siguiente recuerdo es en el suelo. Algo, aunque fuera unos segundos, debí perder el conocimiento». La consecuencia: tres costillas fracturadas y una conmoción cerebral, cuyo protocolo es lo que le mantuvo hasta el día 18 en el hospital.

Su principal preocupación, desde el primer minuto, era terminarde plantar las fallas. «Afortunadamente, tanto el equipo de plantà como los artistas que se prestaron voluntarios lo hicieron todo. No les puedo estar más agradecidos».

Y un año triunfal en premio

Y como remate, el resultado del día 16. Todas sus fallas tuvieron premio. Logró la victoria en Camino Barcelona-Travesía de Moncada y dos primeros premios de ingenio y gracia: en esa misma comisión y en su habitual de Dr. Sanchis Bergón. Además del cuarto premio de falla en Bergón y Alta, un sexto en la accidentada falla de Ripalda-Soguero y un séptimo en Barraca-Columbretes. Un pleno que no tenía desde 1999. «Estuve escuchando los resultados por televisión. La verdad es que estoy muy feliz». Con sus dos victorias de ingenio agranda su leyenda hasta los 32 triunfos en esta modalidad. Nadie en la historia de la fiesta ha logrado tanto. Recuerda con especial simpatía el doblete en Camino Barcelona, con una falla dedicada al teatro La Protectora, en la que no pocos veteranos vecinos del barrio se emocionaron.

Con su accidente se suscitó también el debate sobre las medidas de seguridad en la «plantà». Reconoce que «trabajas según la costumbre y la manera de trabajar. También me preguntaron que por qué no llevaba arneses. ¿Cómo voy a llevar si es una calle en la que no cabe una grúa? Y si llego a llevar igual entonces me caigo y se me cae la escalera encima». Aún así, reconoce que llegara el momento en que habrá que protegerse «aunque sea con una chichonera. Son las cosas que nunca pasan, hasta que pasan. Pero eso es tanto plantando como en el taller». En este caso, la altura era cercana a los cuatro metros. Desde ahí arriba, el golpe en la cabeza duele. Y prueba de ello es que las pruebas radiológicas son lo que más tiempo le mantuvieron en el hospital

«Me he sentido secuestrado. El último día sí que bajé para ver alguna falla porque ya no podía más». Se acercó a Almirante Cadarso y Maestro Gozalbo.

Juanjo García amenaza con volver. De hecho, en unas semanas volverá a la normalidad y estará en el mercado. Con las fallas de vareta e ingenio con las que se ha convertido en un especialista en hacer reir.

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