El Bando de Fallas de 2019 ha dado mucho que hablar, pero lo que sucederá en 2020 hará correr ríos de tinta y muchas horas de debate. Porque el próximo año llega la combinación más complicada que tiene el calendario. Por una parte, las fallas serán «en familia», puesto que son de lunes a jueves. Será complicado hablar de «record de visitantes» en esta ocasión. Pero esa no será la cuestión. El problema venderá, mucho más que por el botellón, por la fecha en la que se autoricen las carpas. ¿Por qué? Porque, con los plazos «tradicionales», quedarían durante prácticamente cinco días completos sin uso alguno. Si se empiezan a utilizar el viernes 6 por la tarde-noche, para las célebres «cenas de falleros de honor», lo normal es que, tras un intenso sábado 7 (el ya consolidado «prefallas») vayan menguando su actividad a partir del domingo 8 por la tarde.

Desde entonces no se espera actividad alguna hasta el viernes 13 por la tarde, cuando se organicen actividades infantiles, cenas o similar. 120 horas en las que, salvo honrosas excepciones, serán artefactos sin utilizar cortando calles. Y «salvo honrosas excepciones» porque son muy pocas las comisiones que en esos días de parón organizan actividades aprovechando este espacio. Como mucho, alguna servirá para almacenar piezas de fallas o miembros de la comisión bajarán a cenar.

Tampoco se puede descartar que se negocien fórmulas mixtas. Aunque el presidente de la Interagrupación, Jesús Hernández Motes, ya anunció que de cara a 2020 no pensaban ceder un ápice; es decir, poder utilizarlas desde el viernes 6. Que es lo que se permitió en el año 2015, la última vez en que se produjo esta combinación de fechas. En aquella ocasión, las carpas empezaron a instalarse el 4 de marzo y ya se veían algunas completas el 5. Pero hace cuatro años no había tanta revisión sobre los excesos de los días de desuso de las carpas.

Por lo que respecta a las verbenas, nadie duda que el sábado 7 habrá festejos. Pero nuevamente el capricho del calendario pone en bandeja la posibilidad de aumentar un día la celebración de música en la calle: del 14 al 18; en lugar del 15 al 18, como suele ser habitual. Otra opción sería eliminar las verbenas el domingo 15 (un día en que las demarcaciones están muy atareadas y que el asistente a las verbenas molesta especialmente).

Más allá del público «doméstico», el sábado 14 sería, posiblemente, el día más complicado, puesto que sería en el que miles de visitantes jóvenes, muy dados al botellón, hacen los viajes de un día completo sin dormir: llegada el sábado y regreso el domingo tras una noche «desatada».