El tiempo de Pascua es una buena alternativa para conocer parajes de la Counitat Valenciana. Y una alternativa muy al alcance de los habitantes del "cap i casal" son las Cuevas de San José. Ubicadas en la Vall d'Uixó, permiten, especialmente a los más pequeños, adentrarse en un espacio inesperado y sorprendente. Una navegación en las entrañas de la tierra, donde el paso de los siglos y los milenios han propiciado la creación de un mundo ajeno al que se desarrolla en el exterior.

Y ese fue el escenario elegido por Levante-EMV para organizar y componer la experiencia 2019 para la fallera mayor infantil y la corte de honor para el Extra de Fallas. Buscábamos un espacio emblemático de la Comunitat Valenciana donde pudiera no sólo pasarlo bien, sino demostrar que son capaces de ejercer de embajadoras. Como hiciceron sus antecesoras en Elche y Xàtiva. Y así, Sara y la corte se trasladaron a la Vall d'Uixó para conocer un espacio singular y fascinante. Un particular viaje al «centro de la tierra». Y donde, además, demostraron la capacidad para desenvolverse en los escenarios a los que obliga el cargo.

Las exigencias a la corte infantil son para conocer y reconocer. Cada vez más actos, cada vez más pendiente de ellas. Un verdadero master de vida que han de saber negociar. Ellas y los entornos. Porque, finalmente, la visita no sólo era una excusa para pasar un buen rato y componer unas imágenes inusuales. También tuvieron que "trabajar"; es decir, ejercer las exigencias del cargo con aquellos y aquellas que ejercieron de anfitrionas.

Porque la Vall no pudo ser más generosa en la recepción a las pequeñas embajadoras. Allí estuvo la alcaldesa, Tania Baños, con el concejal de fiesta Jorge García. Y junto a ellos, las falleras mayores de la junta local, Laura Rubio y Carolina Sánchez. Y los miembros de la junta local, con el vicepresidente Vicente Gregorio y las delegadas de protocolo, Iris Talavantes y Maite García. Y falleras de la corte mayor y de la corte infantil. En este escenario, Sara y el resto de niñas hicieron lo que deben hacer unas buenas embajadoras: interactuar. Intercambiar vivencias, hacerse fotos comentar de las fallas en una ciudad y en la otra. Llevarse un recuerdo, una muestra más de la universalidad de la fiesta, que en las comarcas de Castelló también se viven con pasión.

Y todas juntas bajaron al interior de las grutas. Una experiencia que algunas de ellas habían vivido como turistas. Pero nunca consiguiendo el maridaje tan especial de un entorno fascinante con la indumentaria tradicional. Subieron a las barcas y vivieron su particular aventura en las entrañas de la tierra.

Una experiencia más que poner en la mochila de unas niñas que saldrán de la corte con una vida muy enriquecida.