Los aspirantes tuvieron que pronunciarse sobre otras fiestas. A Santiago Ballester le tocó por la Navidad. «El belén volverá a la plaza del ayuntamiento, independientemente de que haya uno en el salón de Cristal. Y no se enciende una Cabalgata de Reyes sin adoración. Eso no tiene sentido». Amparo Picó, de la Semana Santa: «lo que pasa con ella es lamentable. Es la segunda fiesta de la ciudad y no tiene ni promoción ni apoyo y actos tan singulares como el Desfile de Resurrección no se apoyan nada»

María Oliver hablo de la Gran Fira. «No ha crecido y hay que sacarla del corsé en que la metió el PP. Sobre todo, hay que ligarla más a las artes escénicas. Se echa de menos la relación con los teatros de la ciudad». Y a Pilar Bernabé, de San Vicente. «Hay que sacar el concurso de miracles a teatros de la ciudad, escenarios icónicos, que le den un valor que le falta. Lo mismo que la Ruta Vicentina».

Al edil titular se le pidió tres grandes aciertos de su gestión, que enumeró: «la Gran Fira es de lo que más orgulloso me siento: la Gran Nit, la pirotecnia... lo hemos tocado todo. La Navidad, con las campanadas, la Cabalgata de Reyes, el belén del salón de Cristal... y tratar a las fiestas como cultura, porque lo son. Haciendo museos de verdad, dando prestigio a la Exposición del Ninot...». Y también tres errores, aunque para éstos siempre había un colaborador necesario: «no haber sacado adelante los presupuestos participativos de las Fallas. Lo intenté y la idea era premios para todos. No haber hecho el Estudio de Impacto Económico, pero algunos organismos ayudaron poco. Y no haber podido convocar un Congreso Fallero, que es imprescindible».

Precisamente de Congreso, materia árida donde las haya, también propició algún enganchón. Ballester aseguraba que «no se ha convocado por culpa del mal ambiente que hay. No porque haya miedo a celebrarlo. Pero sólo puede hacerse cuando no haya tantas tensiones».

Pero ahí los que se enfrentaron más fueron los socios de gobierno. Fuset decía «no hay congreso porque hay unas élites que no quieren que cambie nada. La han rechazado ahora y lo rechazaron en tiempo de Paco Lledó. Y mientras estén ahí, siempre querrán controlar la fiesta» y Bernabé le replicaba que «no es verdad. No hay un complot. Lo que hay que hacer es buscar la solución, no el problema». Fuset se mantenía en una tesis habitual en él: «¿por qué no le preguntamos a las bases los contenidos. ¿Qué problema hay en preguntar si quieren un presidente infantil» y la candidata socialista abogaba por «articular los mecanismos para no tener que esperar quince años para mover una coma. Eso no es saludable». Pero Bernabé tuvo también para replicar a Amparo Picó: dijo la edil de Ciudadanos que «hay que hacer un precongreso para que sea operativo» y le espetó que «No estabas hace 19 años, ¿verdad? Porque eso ya se hizo en el anterior».

¿Programa? Se desveló lo justito, quizá porque no dio tiempo. Santiago Ballester anunció una subida de subvención del cinco por ciento si las comisiones dedican otro cinco a la Falla». Amparo Picó, un «área de trámites unificada, una delegación de promoción interna y hacer el Estudio de Impacto Económico».

Pilar Bernabé apeló a que «hay muchas más cosas que nos unen. Y hay que adaptarse a los tiempos a tiempo. Y juntos y juntas, sin crispación, desde el consenso. Las fiestas nos pueden hacernos sentirnos orgullosos, pero sin dar la sensación de enfrentamiento».