Dos trajes de comunión buscan dueño. Los tiene una comisión de falla en su poder y espera que sus legítimos dueños aparezcan. Es el último fenómeno viral en la ciudad que ha desatado una verdadera "caza del dueño olvidadizo" y que tiene como protagonista a los falleros de Manuel Simó-Jacinto Labaila.

El relato de los hechos cuenta que los falleros acudieron a la contornada el pasado domingo, coincidiendo con el acto de la fiesta de Santa María de Jesús. La procesión de la imagen pasaba por las calles de la demarcación (las dos que le dan nombre, Beato Nicolás Factor...) y participaban en la misma las falleras mayores y presidentes de la misma, así como de otras invitadas.

Al pasar el cortejo, de repente, uno de los vicepresidentes se da cuenta que, colgado de una señal de tráfico, hay dos trajes de comunión de niño. El marinerito de toda la vida. Nuevos, limpios y empaquetados en bolsas de un conocido centro comercial. Si se quedaban en la calle, acabarían desapareciendo, por lo que decidieron retirarlos, custodiarlos y comunicarlo a través de redes sociales, donde se ha convertido ya en un fenómeno viral.

El misterio permanece porque los dueños siguen sin aparecer. ¿Fue un olvido de alguien que fue a recogerlos, los dejó enganchados en la seña y luego y se le olvidó recogerlos? ¿Es una donación anónima de alguien que los ha dejado ahí para quien los quiera?

En la comisión quieren que aparezcan los dueños y, sobre todo, saber aunque sea por curiosidad, qué pasó para que alguien se le olvidara, si es que fue un olvido. Y aunque la comisión, como es natural, tiene muchos infantiles a los que podría servir, ya han anunciado que lo donarían a la parroquia para cualquier persona que lo necesitara. Pero, de momento, los mantienen en custodia hasta que los legítimos propietarios reclamen lo que es suyo.