«No tiene nombre. La podéis llamar La Meditadora» aseguraba ayer el artista Manolo Martín, durante la presentación de la exposición permanente inaugurada en el Museo Fallero y dedicada a las fallas plantadas fuera del contexto fallero. Allí se escenificó nuevamente una situación cuanto menos, chocante: con el concejal que es y la concejala que quiere ser titular de Cultura Festiva. Pere Fuset y Pilar Benabé están ungidos como los candidatos a dirigir tan visible delegación -nunca hay que descartar la célebre «tercera vía», que representa Carlos Galiana-. Y, sea uno o sea otra, serán los presidentes de la falla que han presentado Manolo Martín, José Ramón Espuig y Escif como proyecto grande. Que en los últimos años siempre es el más sometido a examen y a más de una crítica sañuda. En este caso, «Açó també pasará», un montaje que ha despertado francos apoyos y furibundas críticas dadas sus especiales características: estar formado fundamentalmente por una gran figura y disponer de algunas escenas singulares repartidas por la plaza. La falla municipal, que en las últimas décadas había despertado poco o ningún debate, se ha convertido ahora en un arma arrojadiza sea a favor o en contra.

Sea como sea el acuerdo al que tratarán de empezar a llegar hoy los dos partidos ganadores de las elecciones, lo cierto es que tendrán u presidente o presidenta (si es cualquiera de ellos) que acogen con buen tono la apuesta artística y que estarán, al parecer, encantados de adoptar como propio.

Pero el actual edil en funciones destaca sobre todo que «se recupera la sátira. Se va a primar el sentido primigenio de la falla. Las escenas que se han presentado y las que no, son muy mordaces y vana a hacer que sea una falla, en este sentido, importante.

Bernabé, encantada con la mujer