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Quiero ser fallera mayor de València

Protagonista de la declaración de amor más fallera con el mejor artista del año

Jessica Blasco Martínez | Falla Doctor Olóriz-Arzobispo Fabián y Fuero (Zaidía)

Protagonista de la declaración de amor más fallera con el mejor artista del año

Una apuesta con su madre vincula a Jessica Blasco a la fiesta fallera de forma irrompible e «in aeternum». «Mis hermanos eran falleros y yo quería serlo también. A ella le sabía mal porque era muy pequeñita, tenía cuatro años. Y me dijo que si pasaba la Ofrenda sin ninguna queja, me apuntaba a una falla. Y lo hice con mis zapatos de tacón, mis tres moños, mi sangre en los pies y no dije "ni mu"». Al año siguiente estaba en Vall de Laguar-Padre Ferris. La falla del barrio. «Mi abuela trabajaba en un molino de arroz justo enfrente de donde está la falla. Donde ahora hay unas fincas nuevas». Esos, aunque fueran dolorosos, fueron los primeros pasos de Jessica Blasco, hija de familias que proceden de Venta del Moro y Cazorla. Y que tuvo un "by pass" los años que se fue a vivir a Madrid. «Lo pasé muy mal en la distancia. Con 21 años regresé». A València y a las fallas. Y se asentó en Olóriz. Ahora le espera la Fonteta con la intención de ser la octava fallera en el grupo de las privilegiadas. Con 31 años, 32 en enero, va a las pruebas con la misma edad que su antecesora en la corte de esta misma comisión, Mireia Bazaga.

Trabaja de dependienta para el grupo Inditex. Lo de ser fallera mayor ya llevaba algunos años dándole vueltas al tema y llegó con un acuerdo. En su comisión es un clásico la votación de fallera mayor. «En 2018 quería ser pero también otra compañera. Al final, acordamos no ir a votación: 18 para ti, 19 para mi».

Jessica protagonizó un episodio curioso al acabar las fiestas. Conforme se quemaba la falla, su novio hincó la rodilla pidiéndole matrimonio. Teóricamente tenía hasta el 20 de marzo para hacerlo. «Llevamos tres años y pensaba que lo haría el día de la presentación. Era mi mantenedor... lo tenía a tiro. Luego con la semana fallera se me fue un poco, pero la verdad es que, en ese momento, no me imaginaba que lo iba a hacer».

Por si fuera poco, el futuro marido en cuestión no es otro que el artista fallero Carlos Carsí. «Es una convivencia muy intensa. Gracias a ser "novia de" he podido valorar el esfuerzo de esta profesión. El esfuerzo, el tiempo... desde la perspectiva del fallero puede parecer que las cosas son más sencillas. Y ves que es un trabajo de todo el año, de un autónomo que tiene que pagar muchas cosas...» Aunque, como pasó en este intensísimo marzo, las cosas no pudieron salir mejor: primer premio de Especial. «Cuando llegan alegrías como esa, no se puede comparar con nada. Es recibir el mejor premio de tu profesión».

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