Los artistas que plantarán las fallas de Primera A han alcanzado un acuerdo de consenso, esta vez sí por unanimidad, para autorregular su trabajo e imponerse una altura máxima de doce metros. Ese es el acuerdo al que llegaron tras una reunión entre ellos y posterior a la que mantuvieron con las comisiones de la Federación. El acuerdo tiene su nota al margen: el compromiso empieza en 2020, pero con la particularidad de que, en este caso, se cumplirá «en la medida de lo posible». ¿Qué quiere decir esto? Que también hay algún taller con el trabajo iniciado y que supera la altura. Pero al contrario de lo que pasó en la Sección Especial, aquí se consigue que todos firmen el compromiso, independientemente de que alguno «se vaya» más o menos ligeramente de la medida.

Firman todos los contratados: Manuel Algarra, Carlos Carsí, José Ramón Devís, Luis Espinosa, Paco Giner, José Manuel Gramaje, Vicente Herrando, Xavier Herrero, Artenfoc, José Luis Pascual, Pasky Roda, Néstor Ruiz & Salva Banyuls, David Sánchez, Pau Soler y Paco Torres, quien, en este caso, sí que se adhiere, no como ha sucedido en Especial con la Plaza del Pilar. Es un compromiso que se extiende, ya como «tarifa plana» para 2021, por lo menos entre aquellos que, en ese momento, también planten en la categoría de plata (es una sección porosa, en la que los artistas se mueven más que en la Especial).

Los artistas, en su declaración de intenciones, repiten el argumentario de los de Especial al expresar el «agradecimiento» por el esfuerzo de las comisiones a la hora de apostar por la falla. Pero justifican la reducción con el mismo argumento que la categoría superior: la necesidad de adecuar ingresos y gastos. «Nadie es ajeno a la situación de crisis y precariedad que el sector y la profesión de artista fallero viene padeciendo en los últimos años. Una situación insostenible que ya ha abocado a muchos compañeros y compañeras a bajar definitivamente la persiana de sus talleres. Tras años de reuniones y búsqueda de acuerdos, los cuales prácticamente ninguno llegaba a término, el colectivo de artistas falleros se siente más unido que nunca».

Y así, consideran que los doce metros «es una medida adecuada para una falla de la categoría de plata». Se sigue, en este caso, el ejemplo de fallas ganadoras recientemente. En este caso, las de Maestro Gozalbo. A la vez aseguran que «es la primera de las muchas a tomar para tratar de revertir la precariedad. Continúa, de este modo, el «efecto dominó», que debería pasar por la autorregulación de los artistas de Primera B.