La originalidad no sólo consiste en que, un mismo día, recibas los regalos de cumpleaños y de Reyes Magos (nació un 6 de enero). Que también. A lo largo de la historia de 73 preseleccionadas, y 73 anteriores y 73 de hace dos años y así sucesivamente, parece completarse todo el abanico de posibilidades universitarias. Hasta que llega Lucía Argente y cuenta que «acabo de matricularme del último curso de Ingeniería Forestal y del Medio Natural en la UPV». Una vocación aún no registrada. Para «dedicarme al cuidado de los bosques, gestión, aprovechamiento...». «De toda la vida me ha gustado mucho la naturaleza. Tenemos casa en montaña en Montorquera, en Vilamarxant. En Bachillerato no acababa de tener claro por qué carrera decantarme. Encontré Ingeniería Forestal. La media me llegaba, las asignaturas me gustaban, el horario estaba bien... y me preinscribí. Es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida». ¿Y el futuro? «Tiene salidas. Igual está más justo en la Comunitat Valenciana, porque se oferta poco. Pero en el norte, en Portugal o incluso más allá en Europa...».
Quizá había que ser fallera mayor ya por si hay que alzar el vuelo. Pero en su caso es una repetición de la jugada. «Fui fallera mayor en 2018 y después en éste». Se explica: «una vez finalizado el año, cuando llegó mayo de 2018 vimos que sólo había fallera mayor infantil para 2019. Y es algo que me dolía, que se quedara "huérfana". Me pasé el verano diciendo de acompañarla a partir de septiembre. Y ese mes salió el tema de fallera mayor y una tía mía dijo que yo estaba medio convencida. El presidente se giró, me preguntó si repetía y dije que... adelante». Un bis en una comisión, además, que son más de medio millar. Que ya es raro que nadie se apuntara al trono. «Somos muchos y es verdad que era sorprendente: ni fallera mayor ni presidente infantil. Al final completamos el cuadro de honor».
¿Cual fue mejor, el primero o el segundo? «A la par. He tenido cosas en uno que en el otro no y al revés. No puedo decir más que cosas buenas de mis cuadros de honor y de las falleras mayores del sector que he tenido un año y otro. No: no me puedo decantar por ningunos». No salió en la preselección del sector hace doce meses, donde sí que acabaría Laura Bennasar junto a Nerea y Bárbara. Pero este año estaba su nombre en el sobre.
No puede ser fallera del Parotet «desde que nació» porque, aún con 22 años, ella es más mayor que su propia comisión, que tiene 18 años de existencia. «Antes fui de Santa María Micaela, la de debajo de casa. Durante unos pocos años no estuve apuntada, aunque hacía la Ofrenda con la comisión de Olivereta». Y aún de niña, «en el año 2006», llegó a través de una prima, que era fallera mayor infantil. «Entramos familiares y amigas, hicimos un grupo y nos quedamos hasta hoy». En casa han vivido la fiesta desde generaciones: «Mi abuelo perteneció a la JCF: José Montagud Garrigós y mi bisabuelo, el padre de mi abuela, también». Después de trece años junto a la Torre de Francia, ya no cambia. «Ahora ya de Parotet para siempre». Ni aunque, buscando bosques, pueda acabar ·» en Finlandia».
