Lo que Cardenete ha unido que no lo separen las Fallas. Y no lo ha hecho. Con lo grande que es el mundo y dos vecinas del pueblo, amigas y que comparten apellido sin ser familia representarán a esta villa conquense de apenas 500 habitantes por el origen materno de ambas. La primera, ya la conocimos, es Leticia Morales Luna, de Doctor Álvaro López. La segunda es Marta Lorente Morales, de Monte de Piedad de Xirivella. «Los Lorente son los que son del pueblo». Por lo que ambas son Morales, pero sin ser familia. Casualidad de las casualidades. Y no la única. Marta fue la reina de las fiestas en 2010 y «luego nos juntamos varias amigas para ser dama de la siguiente». Marta, Leticia y algunas más. Esa reina, que se llama Beatriz, se hizo fallera de Álvaro López y apareció también en la presentación de Marta como fallera mayor. De Monte de Piedad, una comisión por la que la corte de honor no aparece desde el año 1981. Asombrosamente: dos años seguidos cuando el concurso plenamente democrático iniciaba su camino (1980 y 1981) y en ayunas desde entonces. «Soy fallera de Monte de Piedad desde que nací. Mi madre fue fallera mayor allí en 1979 y yo fui infantil en 2003». Tocaba ser de adulta, que vivió con los 28 años cumplidos en febrero. «En mi falla va por antiguedad. Me apunté, no había más antigua que yo. Además, en 2015 empezó una de mis mejores amigas y hemos ido una detrás de otra. Aroa, Samanta, Estefanía, Patri y yo».
Su camino para el trono fue el de esperar y en el laboral, también. «Soy técnico de educación infantil. Llevo trabajando desde el año 2009». Con el habitual peregrinaje de los profesionales de la enseñanza. «Habré pasado por... no sé... ¿50 colegios? En Xirivella, Aldaia, Alaquàs, València, Paiporta...». Como todas: «empecé con sustituciones, pero ahora ya estoy desde hace tres cursos en el mismo colegio, el Martínez Torres de Aldaia. Trabajo de monitora de comedor escolar, en verano estoy en la Escuela de Verano de Xirivella...». Acabó el tiempo de las continuas tranhumancias. Bolsas de trabajo, sustituciones, temporalidades. Pero no se conformó. «En su momento dejé el bachillerato». Por eso pasó por un grado técnico. Pero quería más. «Accedí a la carrera por una prueba de acceso a Grado Superior. Y ya he llegado a lo que quería. Posiblemente por un camino más largo. Pero estoy ya en el final del Grado de Magisterio Infantil. Tan sólo me queda entregar el Trabajo de Fin de Grado. Estoy haciendo lo que siempre quise hacer». Y siempre quiso hacer falla. «Estoy en la delegación de cultura. Presentaciones, play back, poesía, algo de bailes regionales...». Y no fue impermeable a la admirable solidaridad de su comisión. «Me he cortado el pelo dos veces». La campaña de los moños rosa, solidarios donde los haya, promovida desde el barrio Monte de Piedad. «La primera vez, 30 centímetros; la siguiente, veinte». Esta vez tiene venia. Por lo que pueda pasar, conserva toda la mata de pelo. Que igual le hace falta en un futuro no muy lejano.
