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Ainhoa Pizcueta Herrero: Merecido regreso de la fallera mayor de 2016 a la que arrolló un coche el 15-M

Ainhoa Pizcueta Herrero: Merecido regreso de la fallera mayor de 2016 a la que arrolló un coche el 15-M

Un coche sin control arrolla a falleros de la Plaza del Ángel. La fallera mayor se llevó la peor parte de un incidente que pudo ser una tragedia enorme». Esto lo publicamos el 17 de marzo de 2016. La protagonista incluso nos mandó una foto de ella misma, con muletas, el polar y una aparatosa rodillera, delante de la falla. Esa fallera mayor era, es, Ainhoa Pizcueta, que tres años después llega a la Fonteta después de una repetición en el cargo, esta vez, sí, para tener un final feliz. Aquel 2016 las cosas se estropearon. «No era el mismo ambiente ni las mismas ganas. Se me quedó esa espinita». Un incidente que se saldó con «una indemnización ridícula y todavía diciendo que éramos nosotros, los falleros, los que nos habíamos abalanzado sobre el coche». Ahora, en 2019, «era el 50 "reaniversario", la reorganización de la comisión tras unos años sin plantar. No había fallera mayor y le dije que al presidente que yo lo era si lo compartía con su hija, que no es otra que la infantil que tuve en 2016. Y ha sido un año muy emocionante y muy bonito. Y para más remate, mi mejor amiga, que también coincidió conmigo en 2016 siendo fallera mayor de Marqués de Caro, también ha repetido. Se llama Irene. Y entre las tres hemos vivido un año muy bonito, muy especial. Con muchas vivencias. Hasta que la banda de música de mi pareja vino a tocar en la Ofrenda. Cerré el sector, con la plaza llena de flores... todo lo que he llorado este año ha sido por bien».

Las repeticiones le van a Ainhoa, porque también fue fallera mayor infantil dos veces. La primera, con ocho años, en 2005. «Y pasé la preselección». Tanto, como que por El Carmen estuvieron en la Fonteta ella y Nuria Llopis, la que después acabaría siendo fallera mayor infantil de València y que, este verano, le hacía la entrevista como candidata para LevanteTV. Y también aquí hay repetición: «volví a ser cinco años después, en 2010. Ya tenía trece años. Era bastante mayor. Lo fui con Isaac, el mismo niño que había sido mi presidente infantil cinco años antes».

Las segundas partes pueden ser buenas, como queda demostrado. Es el justo premio para ella, que es quien ha tirado en casa de las ganas por la fiesta. «Mi familia no era fallera pero yo desde los cuatro años me empeñé que quería ser. Me habían vestido de pequeña sin ser fallera. Al final, entre mis tíos y mis padres... "Venga, que la niña salga en la Ofrenda". Salí, era el día 17 y les dije "que me enterado que mañana hay otra ofrenda. Quiero salir también el 18". La convicción final fue que me debían apuntar». Y para seguir haciendo cosas, «soy la vicepresidenta de Festejos en la comisión y ahora soy también la contadora en la directiva de la Agrupación. Como no tenía bastante...».

Ainhoa Pizcueta sabe que tiene relación con un antepasado ilustre, Félix Pizcueta. «No sé cual pero sí que sé que la hay». Puede ser, por ejemplo, sobrina tataranieta. Por rama materna es de Jérica. «Mis abuelos bajaron a València en la guerra, pero tenemos casa y amigas. Suelo ir en verano". Este año, en septiembre, lo tendrá más complicado para ir a las fiestas. Esta técnica en Farmacia, que va y viene al trabajo todos los días desde Masías a Silla, está tan apegada a la tierra que ni siquiera llevó bien irse a estudiar a Finlandia. En València mejor. En la plaza del Ángel aún mejor.

Si quieren quedar bien con ella, hoy la pueden felicitar. Es su cumpleaños.

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