«Las revoluciones se producen cuando la gente se muere de hambre» aseguraba ayer el portavoz de Gremio de Artistas Falleros. En este caso, la revolución que han iniciado los artistas falleros es la de atemperar su propia ansiedad y su propia producción. De esta manera, ayer se aprobó continuar con el proceso tendente a regular los volúmenes de las fallas como paso necesario, que no el único, para «hacer viable una profesión que no da más de sí».

Los acuerdos llevados a cabo por los artistas de Especial y de Primera A, más el trabajo que ya están realizando los de Primera B en el mismo sentido, ya no puede hacerse sección por sección porque son muy porosas. Ahora ya es una labor de sindicato. Por eso, el siguiente paso será que los profesionales lleguen a un acuerdo de limitar las alturas máximas por segmentos de sección. E inmediatamente trasladarlo y negociarlo a los colectivos de la «patronal», las comisiones de falla (Interagrupación, Junta Central Fallera...) , que son las que pagan. En busca de comprensión. Es el fruto de la asamblea celebrada ayer entre los profesionales del ramo, que tuvo una presencia muy amplia de artistas de, además, todo tipo de sensibilidades y edades.

Ximo Esteve aseguró posteriormente que «aunque haya disparidades de criterios, lo fundamental es que hay unión. Que la necesitamos, así como la comprensión de las comisiones. Por eso es esencial dialogar». Sobre todo porque, tal como puntualizaba, «es muy necesaria la pedagogía. Entender que si no hay artistas, no hay fallas». Esta decisión de ir regulando alturas no ha sido bien aceptada por todos en la otra parte. A lo que el portavoz de los artistas comentaba que «lo que me sorprende es que haya falleros que hagan determinados comentarios. Eso, que lo diga un neófito... pero alguien que debería saber la problemática y cómo se han ido produciendo las cosas, no se entiende».

Los artistas quieren pensar que reducir alturas -o establecerlas, porque no está del todo claro que esos límites afecten ni mucho menos a la totalidad de ellas- «no va a suponer que se bajen las dotaciones económicas. No sería justo y seguiríamos cayendo en el error de no considerar a la falla como el elemento esencial de la fiesta».

No habrá fallas de «un metro»

En cualquier caso hay dos aspectos fundamentales en este sentido: las regulación del resto de secciones no será para las fallas de 2020 porque aquí sí que hay trabajos ya completados. Además, los baremos de altura no están todavía cerrados pero que «en cualquiera de los casos, lo que resulta absurdo es hacer caso de lo que algunos están diciendo: las fallas siempre van a tener alturas normales en relación a lo que se paga. Decir, por ejemplo, que en las últimas secciones medirán un metro o medio metro no es serio».

Medidas a los «esquiroles»

Y la duda: si no hubiese acuerdo con las comisiones, ¿conseguirán los artistas hacerlo por cuenta propia, estilo sindicato? «Siempre pensamos que los acuerdos son mejores. Pero debemos seguir recordando que nos estamos jugando la supervivencia. A lo mejor, como ocurre en otros ámbitos, tendremos que aplicarlo nosotros sólos y si alguien del oficio no lo sigue habrá que tomar medidas. Quiero entender que no se llegará a estos extremos».