Verdad que es toda una historia?». Lo es. Y la narra con una sonrisa que es una marca de la casa. Una historia de verdad, por insólita, es el episodio fallero-cortesano de Anna Duggan desde finales de 2007 a 2008. «Yo nací en Inglaterra y vivía allí, en Whitchurch, cuando fui fallera mayor. Vinimos en marzo y los fines de semana que había actos». Acabaron las fiestas, volvió a la isla «y regresé para la preselección. Salí elegida». Faltaba la Fonteta (la Fonteta con retraso, porque fue el año que se canceló la elección en la Plaza de Toros por culpa de la lluvia). «Tenía los vuelos para regresar el día siguiente. Que teníamos claro que era imposible salir». Pero su nombre estaba en el sobre del jurado. «Me quedé. Mis padres y mi hermano regresaron, cogieron todas las cosas y nos mudamos todo el año a casa de mi abuela. Cambié al colegio de Escolapias de la Malva-rosa e hice cuarto de primaria allí».
Y es que a Anna le delata el nombre y el primer apellido. «Podría decir que el Anna es valenciano, pero no: es inglés. Como lo es el Duggan, que es el apellido de mi padre». Mitad y mitad porque su madre es «valenciana de la Malva-rosa». Su nombre completo es Anna Adela «pero cada vez más soy Anna a secas. El Adela es el nombre de mi madre, mi abuela, mi bisabuela, mi tatarabuela...». En la corte infantil sí que fue Anna Adela «porque, además, había otra Ana, Ana Villanueva, y eso servía para distinguirnos». Y a todo esto, no esperen de una joven que ha vivido la mitad de su vida en el Reino Unido el más mínimo acento. «Desde pequeña he hablado indistintamente uno y otro idioma». E igual que venía a València en Fallas, ahora es al revés: «Sigo yendo a Inglaterra cuatro veces al año: en verano, Navidad, Pascua y el 9 de octubre, en este caso porque es el cumpleaños de mi hermano».
Anna es la única cortesana infantil que optará al doblete de mayor este año. Si las cosas le fueran sólo parecido a su antecesora... Marina Civera también fue la única "infa" de entre las 73 preseleccionadas hace un año. Ella presentó en 2008 a la falla del barrio materno: Malvarrosa-Ponz-Cavite. «Tengo muy buenos recuerdos de allí y mucha gente que se ha alegrado que saliera». Acabó recalando en Almirante Cadarso. «Fue cuando Vicente Fuster cogió la presidencia. Yo estuve con su hija Carla en la corte infantil». Por contagio, amistad y arrastre. Acaba de terminar tercero de Arquitectura. «Mi tía es arquitecta técnica pero te garantizo que no es por eso. Desde niña me han interesado los edificios, las casas... con ocho años ya decía que quería serlo. Cuando me preguntaban en las entrevistas de la corte qué quería ser de mayor ya decía arquitecta». De las falleras mayores jóvenes. Que 21 años se lleva poco. «Mi intención era ser fallera mayor más adelante. Pero en Almirante hay lista de espera. Somos muchas de la misma edad». Este año, el cargo se había quedado vacante «y pensamos que era una oportunidad y que luego podía ser no tarde, sino muy tarde». Ahora ella regresa con puntualidad británica.
