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Quiero ser fallera mayor de València

Pasión fallera que daría lustre a Algemesí, Picanya, Puente Genil... y Zaidía

Alba Tortajada Palos | Visitació-Oriola (Zaidía)

Pasión fallera que daría lustre a Algemesí, Picanya, Puente Genil... y Zaidía

Cuentan las crónicas que los Tortajada vienen de una sierra del mismo nombre del Rincón de Ademuz, pero que, en algún momento protagonizaron una migración a Algemesí, donde este apellido ahora es bastante común. Incluyendo a la familia de Alba. «Hasta hace poco teníamos casa, la de mi abuela, en el Carrascalet, pero ahora ya nos vinimos todos. Y lo mismo sucede con nuestra familia materna, que es de Puente Genil, en Córdoba». Establecidos los ancestros, es su turno: «acabé el año pasado el grado de Administración y Dirección de Empresas y me especialicé en dirección comercial. Empecé las prácticas en una consultoría de marketing y me he quedado. Llevo un año y medio» remata con una sonrisa de satisfacción. «Estoy muy a gusto, haciendo cosas muy interesantes. Y de ADE sale mucha gente. Llegar y besar el santo es para sentirse afortunada». «No soy fallera de toda la vida» y lo proclama con la seguridad de que lo puede razonar. «Ser fallera no es nacer en una falla, sino llevarlo dentro». Y empieza a enumerar razones. «A mi, desde niña, me vestían y me sacaban a la calle. Mi abuela cosía trajes de valenciana y me hacía uno para mi. Con el paso del tiempo, y después de mucho pedirlo y pedirlo, me apunté. Tenía doce años. En la falla Visitació porque mi padre había sido fallero de joven, están mis tíos y era el sitio ideal». Otra demostración: «Soy la más friki fallera del mundo. Puede parecer una obsesión, pero yo digo que es una pasión. Por eso lloraba cuando no era fallera de niña y lo pedía y lo pedía. Soy «fallapedia», de verdad. Puede parecer muy típico, pero es muy serio: conocer las falleras mayores, los trajes, las comisiones, estudio libros de indumentaria, ir al ayuntamiento a ver el color del traje de la fallera mayor cuando acude allí el día de la exaltación...». Y otra demostración: «Con el ajetreo fallero me fui a vivir a casa de mi padre, al lado de la falla, pero yo soy de Picanya. Eso sí, lo soy... menos en fallas. Nunca he pasado unas fiestas allí. Siempre he pasado las Fallas en València».Y así, pasando, pasando los años, fallera mayor. A lo mejor no le tocaba tan pronto, pero las cosas vienen como vienen. «Ilusión de serlo tenía toda la del mundo». Y todo empezó a gestarse «El año que fue fallera mayor la mujer de mi padre hicimos muchas migas con la familia del presidente infantil y yo me encariñé muchísimo de su hermana pequeña. Siempre decíamos: «Jara, cuando tu seas infantil, yo seré la mayor». Parecía como muy lejano, porque la niña tenía tres añitos. Pero los años han pasado rápido y de repente por antiguedad le tocaba ya. Me presenté y salí. Perfecto». Ha salido hasta aquí. Todavía puede seguir saliendo más lejos. Sólo que le vaya tan bien como en el ámbito laboral.

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