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Quiero ser fallera mayor de València

Una madre de 39 años dispuesta a asumir el compromiso

Mónica Ros Estela | Falla Lo Rat Penat (Camins al Grau)

Una madre de 39 años dispuesta a asumir el compromiso

Mónica Ros habría sido fallera de récord: la preseleccionada con más edad de la historia de las Fallas. Pero apenas unos días antes Raquel Mateo, de la Plaza del Árbol, con 45 años, había establecido el tope a superar. «Estoy encantada de que incluso haya alguien mayor que yo. Es una muy buena noticia. Y que yo esté, también. Algo está cambiando en la fiesta». En la preselección, con jurado de JCF, «no me preguntaron la edad, pero mi discurso siempre es el mismo: si me preguntan qué cambiaría de este proceso, yo digo que ampliaría el rango de edad». No hay rangos escritos, pero sí techos de cristal. «Efectivamente, no hay nada escrito, pero si estás comprometida con la causa, la edad no tiene que ser un condicionante. Y no pido tampoco que te favorezcan, sino que te den las mismas oportunidades». Razón por la que «estoy muy contenta, muy feliz». «Éramos un sector con bastantes falleras mayores con edad. Que la más mayor tenía 70 años. Pero todas mujeres fantásticas, con mucho que decir, más allá de la edad». Casada y con un niño de ocho años, Ferran, «que está muy feliz, aunque ahora me pregunta que si salgo elegida, él podrá ser o no presidente infantil». Madre. Ninguna ha alcanzado un puesto de honor. «Volvemos a lo mismo: ¿tengo menos capacidad para representar a mi ciudad si tengo el compromiso? Puede ser un lío en casa, pero si tomo esa decisión, adelante, porque asumo la responsabilidad. No se podrá comparar a un ejercicio de fallera mayor, pero el cargo por el que he pasado no ha sido algo de siete días. Ha sido una vorágine de infinidad de fines de semana, y de ir de un lado a otro, viernes, sábados, domingos... Sí, sé que esto puede ser multiplicado por mil o dos mil, pero ya voy con un cierto bagaje». Para ser preseleccionada con 39 años, primero debió ser fallera mayor con 38. «Fue un poco por casualidades. Un regalo. Algo que ya no creía que no me iba a llegar. Somos muchos en la comisión, pero no había fallera mayor. Alguien pensó en mí y a mi casa que vinieron. Era la oportunidad y ha sido fantástico. Lo he vivido como un regalo. Cada acto era un descubrimiento». Es fallera «desde hace diez años. Antes era músico, clarinete en la Societat Artística Musical de Alginet». El lugar de donde es y donde vivía hasta que vino al «cap i casal» a estudiar... y a encontrar pareja. «Cuando me casé y tuve al nene ya decidimos que había que vivir las Fallas desde el otro lado». Primero fue fallera en La Manta al Coll, de Alginet, pero era muy complicado, bártulos para arriba, para abajo...». Había que buscar una comisión en València. «Era la falla de mis cuñados. Me apunté, nos apuntamos los tres, en el 50 aniversario». Y aunque vive junto a la estación del AVE, «por Peris y Valero llegamos en seguida». Trabaja en una transitoria. «En el Polígono Táctica, en Paterna. Estoy en exportación marítima. Antes obtuvo el título de socorrista «y trabajé en el parque acuático de Cullera». Pero lo importante: ¿será presidente infantil Ferran? «Si él quiere, te garantizo que lo será. ¿Cuando? ¡No lo sé!. Vamos a ver qué ocurre». Que ocurre, de momento, el 21 de septiembre. Donde él también estará, claro.

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