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Quiero ser fallera mayor de València

Ocurra lo que ocurra el día 21, ya es historia en la fiesta

Raquel Mateo Mateo | Falla Plaza del Árbol (El Carmen)

Ocurra lo que ocurra el día 21, ya es historia en la fiesta

Cuarenta y cinco años. Ahí es ná». Pase lo que pase, Raquel ya es historia en la fiesta. Nadie a su edad había llegado a una final de elección. Y ella lo hará con una sonrisa permanente y consciente de lo que ha hecho. Esta es su historia: «Cuando era pequeña fui a una falla en Almàssera... un año me vistieron». Y la sinceridad por delante: somos cuatro hermanas. Y económicamente no podíamos. Así que cuando fui más mayor y me lo podía permitir es cuando me apunté yo». Primero a Jacinto Labaila-Manuel Simó ¿Y cuando se subió al Árbol? «A través de Raúl Mora, que trabaja de proveedor para mi indumentarista. Relación, hablarlo... ya había sido fallera mayor en mi anterior comisión. Aquí no lo tenía ni pensado, pero no había fallera mayor, me lo comentaron... mi indumentarista habló con el presidente: «mira, que presento a Raquel». Y al día siguiente me despierto con un mensaje de mi presidente que dice «Enhorabuena, gracias por presentarte»». Encerrona con gusto, su primer paso. Y ahora, en la historia. «Me lo pregunta todo el mundo, pero no sé lo que he hecho. Me encantó. Reconozco que la preselección fue un poco rara. Me presenté muy consciente de mi edad y sabiendo que iba a un acto a estar con mis compañeras». «Dicen que no aparento mi edad». ¿Y ahora? «¿Por qué no? Creo que puedo hacerlo bien». ¿Cómo defendería su condición de candidata?. «Diciendo que para estos cargos no sólo tienen por qué servir chicas entre 19 y 25 o 30 años . Hay gente más mayor a la que no se le debería sacar de esta saca. También tenemos mucho que aportar». En lo personal. Es de apellido Mateo por partida doble «porque mis padres son familiares lejanos. Son de un pueblo de Ciudad Real: Villarta de San Juan, y vivieron toda la vida juntos en la misma casa». Tiene su miga: «allí las familias viven en patriarcados. La casa era circular, con patio, y en cada casa vivía una familia. Mi madre con sus padres y mi padre con los suyos. Tiene su «portá», un patio interior y las casas». Entendámonos: como una urbanización de las de ahora, pero de hace 150 años. «Ambos vinieron de jovenes a València. Ya no tenemos la casa desde que faltaron mis abuelos. Voy de ver en cuando a ver a mis familiares, a ponerles flores...». Es informática. «Soy analista funcional. Básicamente, me dedico a hablar con la gente, que me digan qué necesitan y lo traslado a una aplicación. Trabajamos para la administración, para la Consellería de Hacienda». Analista de calidad de las aplicaciones, dice. Y no hay duda de que es un alma inquieta. «Buceo con botella y me gusta hacer escalada y espeleología». Abajo, arriba y abajo otra vez. «Me falta tirarme en paracaídas». Pero el día 21 puede darle otro subidón a la adrenalina. Ya se ha lanzado sin cuerda.

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