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Rocío Huercio Ortega: Subcampeona en la Sección Especial y dueña de un estacar de olivos

Rocío Huercio Ortega: Subcampeona en la Sección Especial y dueña de un estacar de olivos

Rocío iba a dar sus primeros pasos falleros en Císcar-Burriana «pero en ese momento, mi familia se borró. Mi madre estaba embarada de mí y, claro, se quedó con la preocupación de yo no iba a ser fallera. Entonces apareció mi abuelo. Él había sido fallero de joven en la Plaza del Pilar...». Y pasó, pues, a una de las grandes e históricas del censo, cuyos colores defenderá desde esta misma semana ante el jurado. Ser del Pilar no es fácil: es una comisión de acceso, de alguna forma, limitado «pero eso es en adultos. En infantiles no hay tanto problema. Y realmente, lo que ocurre no es que no se pueda entrar, sino que lo importante es qué vas a aportar». Este cambio inesperado y el hecho de nacer el 1 de noviembre, permite hacer los cálculos: «mi ofrenda en la barriguita la hice en Císcar-Burriana. Mi ofrenda de meses, cuatro y medio, la hice en el Pilar».

Tiene 24 años. Si hacemos cálculos, pertenece a esa particular generación de veinteañeros de la comisión que tuvieron que esperar mucho tiempo para vivir lo que sus padres y abuelos habían tenido como norma: ganar en la Sección Especial. «La última vez que habíamos ganado yo tenía cuatro años, en 1998. Y tuvimos que esperar a 2014. Aquel momento fue impresionante. No hay palabras. Como luego repetir en 2015». Ahora llevan varios años con el "casi, casi". Ella, como fallera mayor, vivió el goteo de premios del pasado 16 de marzo, pero, para ella, Pere Fuset se paró en el "segon premi". «Lo pasé muy mal. Nos conoceis: cuando apostamos, no nos dejamos nada en el tintero. Y cuando pones todo el esfuerzo y no es reconocido del todo, te duele. Si: toda decisión es respetable, y lo primero que hice fue felicitar a los ganadores. ¿La cuenta atrás de los premios? Pasa super lento. Este año como fallera mayor y cualquier otro como fallera del Pilar. Es angustioso. A partir del cuarto premio... se sufre mucho».

No fue fallera mayor infantil. «Me presenté dos años, pero no fue posible. Fue a votación y no salí...» pero ahora sí que sí. «Me he quitado la espinita. No se presentó nadie más, no hubo que votar en esta ocasión». Las votaciones no suelen ser fáciles. Dejan heridas. «las niñas es más difícil que lo entiendan. Nosotras intentamos llegar a acuerdos para no votar». Y apunten una singularidad que sólo tiene ella y muy pocas más: dispone del corte de tela "Falla Plaza del Pilar", que se llevan sólo las falleras mayores. «Es de color Mercury. Un azul aplomado muy bonito. Estuve tres horas para decidirme allí en Sedica (la sedería donde se confecciona). Es un honor».

Los Huercio son de València. Los Ortega subieron desde Torredonjimeno, en Jaén. «Todos los años intentamos ir en alguna ocasión". Y, claro, como buenos descendientes de la zona, "tenemos nuestro estacar de olivos». Dícese del terreno delimitado con estacas «y tenemos nuestras aceitunas y nuestro aceite».

Estudia Relaciones Laborales y Recursos Humanos, muy cerca de acabar. Y prefiere dar buenas noticias. «¿Despedido? ¡No!. Lo que hace falta es decir "¡Contratado!"». Ahora se enfrentará a siete personas que también tienen que hacer su particular selección de personal, entre las que ella busca una plaza. Un contrato por un año.

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