La ciudad de València y sus poblaciones asociadas seguirán teniendo 382 comisiones de falla después de que el pleno de la Junta Central Fallera conociera los informes negativos con los que se concluye la tramitación de las dos nuevas comisiones que así pretendían constituirse: Luis Buñuel-Rafael Alberti y Alcalde Domingo Torres-Vicente Barrera Cambra.

El primero de los casos es el más significativo porque suponía volver a plantar en la demarcación que, en su día, era Nou Campanar. Tanto en este caso como en el de la comisión de Benimaclet se trataba de dos demarcaciones que, en su momento, habían albergado falla. Sin embargo, los informes de los servicios municipales han desaconsejado la autorización. «La Junta Central Fallera ni pincha ni corta en estos temas. Existe un procedimiento que hay que acatar» aseguró el concejal de fiestas, Pere Fuset.

Para que se autorice una comisión ha de pasar por un informe de tres servicios municipales: Policía Local, Bomberos y Movilidad. Que, sobre el lugar donde se pretende plantar la falla, miran la existencia de aparcamientos, el sentido de la circulación, los vados u otros elementos. Con esas premisas, más la consulta a las comisiones vecinas por si invaden o no demarcación ajena, se realiza el informe, que en ambos casos ha sido negativo.

La comisión de «la nueva Nou Campanar» (cuyos promotores no tienen que ver con Juan Armiñana, creador de la anterior y laureada comisión, quien ahora tiene mucho que ver con el crecimiento de la falla San Marcelino) pretendía inicialmente plantar en el cruce de Luis Buñuel y Pediatra Jorge Comín. Donde Nou Campanar plantó por primera vez en 2003. Finalmente, la propuesta fue al cruce al que dan nombre las dos calles (donde, en 2014, plantó por penúltima vez, la «Menina» de Manolo García). Pero el informe es negativo. El barrio ha cambiado su fisonomía, con nuevas construcciones, incluyendo un centro comercial en el descampado donde se plantaron las fallas más conocidas. El cambio había propiciado que el sobrenombre de la comisión ya no era «Nou Campanar», sino «La Nova de Campanar». Ya tenían escudo y, según aseguraban, artista.

Esta negativa será recurrida ante los estamentos que han hecho los informes negativos. Pero no quiere decir que ya no puedan plantar. El próximo año pueden volver a pedirlo en otro cruce de la zona. La última falla constituida, Blas Gámez-Ángel Villena, por ejemplo, tuvo que esperar un año porque, en su primera convocatoria, pretendían plantar en el Bulevar Sur y, al tratarse de una vía rápida, siempre va a estar prohibido. Al año siguiente retiraron la falla a una calle interior y ahí debutaron el pasado marzo. Más complicada fue la autorización de la inmediatamente anterior, que lo solicitó varias veces en diferentes lugares hasta ser aprobada como Montesa-Doctor Marañón.

La falla de Benimaclet también se asienta sobre una antigua demarcación, pero en aquella ocasión, en vez de ser en la calle de Domingo Torres era en la de García Brustenga.

Grupo Antonio Rueda cambia

El pleno también aprobó el último cambio de denominación de falla por la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. En este caso, el antiguo Grupo Antonio Rueda, fundada en 1975 con esta denominación. Los falleros han solicitado, y se les ha concedido, pasar a llamarse Norman Bethune-Guillem Despuig.