Una de las últimas costumbres implantadas por las comisiones, al abrigo de los programas "por el mundo", es la de mostrar a falleros en diferentes partes de cualquiera de los continentes. Y si es exhibiendo algún distintivo de las comisiones, más aún. Es una idea que también adoptó la Junta Central Fallera a la hora de crear los «embajadores» cuando la fiesta se postulaba para Patrimonio de la Humanidad y cuyas imágenes se proyectaron sobre las Torres de Serranos en la Crida. Pero nunca un colectivo tan numeroso había dejado la marca de una comisión tan lejos y con tanto personal. Veinticuatro falleros de Na Jordana han estado en China y dejaron para la posteridad la imagen de todos ellos en la Plaza de Tiananmen.
Ninguna puntada se da en Na Jordana sin hilo y, por ello, ni siquiera lo que puede considerarse como un viaje de placer se hace sin llevar un bloc de notas o, simplemente, sin los cinco sentidos puestos en lo que se ve. Y por eso, acudieron a los teatros chinos donde, en palabras del presidente Pere Borrego, «vimos y apuntamos. En Na Jordana tenemos pasión por el teatro y todo lo que se ve sirve para aprender». También conocieron una de las fábricas en las que se reproducen a escala figuras de Fallas para regalar en miniatura. «Todo lo que vimos en China es escenografía y falla en estado puro. Pagodas, budas... si no hubiésemos hecho ya la falla de Miguel Santaeulalia con la pagoda, habríamos vuelto con la idea en la cabeza» en alusión al «Melic del Mon» plantado en 1991, cuando las construcciones orientales y la propia cultura china aún estaba lejos de estar tan familiarizada como actualmente. Ya de regreso, la comisión se prepara para el nuevo ejercicio, en el que defienden el segundo premio en el concurso de presentaciones falleras.
