Marta Tendero está acostumbrada a ganar y a perder. Lo hacía cada fin de semana con la mano enguantada golpeando una pelota en una pared, una calle o un trinquete. Es, de hecho, una de las grandes pelotaris juveniles de la última década. El pasado sábado tampoco ganó un particular partido, el de conseguir una plaza en la corte de honor. Aunque, durante unos minutos, sí que levantó el trofeo. Es la protagonista inesperada de la elección de candidatas a fallera mayor de València.

El relato ya es conocido: la octava fallera elegida fue dada a conocer: Marta Tejedo, de la falla Arquitecto Alfaro. Pero la que salió al escenario fue Marta Tendero, de Camino Nuevo de Picanya. Los propios falleros de su comisión se sorprendieron al verla aparecer. Y también el jurado, que saltó como un resorte. Al acabar el acto se llevaron a todas las falleras y se deshizo el entuerto, con el doloroso trámite de decirle a Marta, Tendero, que no era ella la elegida.

El jurado no se equivocó: escribió en el acta la fallera que quería. El secretario general leyó el nombre, falla y sector correcto. ¿Cómo pudo producirse el error? La propia fallera lo explicó a Levante-EMV.

«Estábamos abajo, cogidas de la mano Marta Tejedo y yo porque sabíamos que teníamos el mismo nombre y un apellido muy parecido. Porque sabíamos que podía pasar algo». Y tanto que pasó. «Dijeron "Marta". Hubo una pausa (la del secretario general, que tomó por norma aguantar unas décimas de segundo entre el nombre de pila y el primer apellido) y un apellido que empezaba por "Te". En ese momento, todas las que tenía a mi lado, con la propia Marta Tejedo incluida, son las que me animaron a salir. Me dieron el ramo, nadie me preguntó cómo me llama ni de qué falla era».

«Abajo no se oye nada»

Allí abajo «no se oye nada». Por no hablar del estado de nervios y ansiedad general de las aspirantes. «Cien por cien sólo escuchamos bien el nombre. Si dijera que escuché "Tendero" mentiría porque, obviamente, no se dijo. Pero tampoco escuché "Tejedo". Ni yo, ni Marta Tejedo ni nadie de las que estábamos ahí. Es que ni siquiera entre nosotras dos nos preguntamos: «¿Eres tú o soy yo? Obviamente, si yo escucho "Tejedo" no se me ocurre salir».

«Al acabar se nos dijo que había existido un error. No de nombres mal llamados, sino de una chica que no debía haber salido. Yo, en seguida, me lo ví venir y dije: "Soy yo, ¿verdad"». El notario nos enseñó el acta. Era cierto. Me retiraron el ramo, pero cada elegida me dio una flor».

Marta, Tendero, cree que «No es un erro mío, directamente. Sí, yo me he equivocado, pero creo que el relato está claro» todo lo demás. No había resortes que lo impidieran.

Sólo faltaba un cabo: reparar cualquier sensación de que Marta, Tendero, hubiese pretendido lo más parecido a usurpar un puesto. Las críticas, en una palabra. El concejal Pere Fuset se puso en contacto ya de madrugada y ayer habló con ella y con la presidenta, para posteriormente reunirse con su junta directiva. «No podemos más que mostrar nuestra solidaridad con ella. Porque no es su culpa. Es un error involuntario en cadena. Estamos hablando de un nombre idéntico, apellido similar, traje parecido, el ambiente que hay abajo... todo confluyó. Lo que no podemos tolerar es que se le eche la culpa a ella. Tampoco es culpa de la gente de la JCF porque ellos no tienen el listado de las que salen, que no debe tenerlo nadie. Es un fallo en cadena. Que seguro que nadie quería que ocurriera». El talante de Marta Tendero ha sido, en ese sentido, ejemplar y es probable que la JCF tenga algún detalle con ella, incluyendo invitarla al balcón en una «mascletà».

El jurado hará el control

¿Qué posibilidades hay de que una situación así se produzca? Seguramente una entre un millón. Pero obliga a tomar medidas para que no se repita. Había verdadero vértigo de pensar si, en lugar de una adulta, esto pasa con una fallera infantil.

El edil lo anunció ayer. «No vamos a volver a la fórmula de llevar el número puesto en la final. Tampoco las vamos a sacar a todas en el escenario y a decir los nombres allí. Pero tampoco va a haber nadie de la Junta Central Fallera con ninguna lista. El veredicto, cuanto menos se extienda, mejor. Y no es adecuado tampoco, a la fallera que sale, cerrarle el paso para preguntarle de qué falla es o cómo se llama».

Entonces, la solución es «el propio jurado. De todos los que estamos allí, son quienes mejor conocen a las candidatas en su conjunto, quienes las pueden identificar».

Con lo que «estarán abajo, discretamente, junto a la cortina. No hace falta ni que pregunten. Simplemente, que hagan la comprobación visual. Se habría detectado antes de que saliera al escenario. De hecho, el momento que Marta Tendero salió me hicieron saber que no era ella. Formará parte del cometido como jurados. Para ellos es fácil, no hay que tomar ninguna nota, no hay listas, ni posibles filtraciones, ni hay que preguntar nada a nadie».

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Esta es la corte de honor 2020