«Mi tío estaba leyendo un libro, no recuerdo cuál, y aparecía ese nombre. Le dijo a mi madre: «No está mal». Y con él me quedé». Es decir, «llamarme Yasmine no tiene nada que ver con la película». Con Aladdin. «Se estrenó el mismo año, en 1992, pero yo nací unos meses antes». Yasmine Espí (27 años, de la falla Tomassos-Carlos Cervera de toda la vida y la más mayor del grupo) añade en la lista cortesana un nombre de pila nuevo. Con su peculiaridad. «Hay un poco de lío. En mi DNI pone «Yasmina». Y en la tarjeta sanitaria pone «Yasmine». Pero es que padre fue al Registro y la lió parda. Le preguntaron: «¿Yasmina? Si, si, ese que ha dicho mi mujer». Algún día tengo que ir a cambiarlo».
A la hora de la verdad, «todo el mundo lo pronuncia bien: «Yasmin», que no quiere decir que los locutores que la nombren cuando empiece a ejercer no la vuelvan loca en alguna ocasión: «En alguna que otra sala me han llamado Jazmín».
En estas páginas, Yasmine juega en casa. Trabaja en Neomotor, el suplemento de Prensa Ibérica. «Me han dicho que lo disfrute. Tengo mucha flexibilidad horaria. Hago vídeos y muevo redes sociales. Sé que puedo combinar bien». Haciendo camino. «Una de mis mejores experiencias ha sido viajar a la Selva Negra y probar el Audi Q3 Sportback. Te lo dejan y puedes ir por las carreteritas de allí. Las marcas te tratan muy bien por lo general». No se lo imaginaría estar rodeada de coches y motos. «Empecé como becaria en LevanteTV... y haciendo Fallas. En la "mascletà", en la Ofrenda, que es la única vez que no he podido desfilar alguna vez. Motor me buscó y me recomendaron en la casa porque buscaban a alguien que le quisiera poner muchas ganas. Pensaba que no me iba a gustar y me encanta. Aprendiendo continuamente». Y la deformación profesional puede llevar a una periodista a cometer algún pecadito. «Sé que no se puede o debe hacer, pero he llevado una GoPro en la Ofrenda porque quería sacar a la Virgen de cara».
¿Qué habría filmado en la Fonteta? «Todo el previo. Los nervios y las emociones. La habitación en la que estamos esperando. Es la parte desconocida: ves a las falleras desfilando, pero no los nervios que hay antes y después».
¿Hay algo que no le gustara? «Me habría gustado escuchar mejor. Yo ni oí mi nombre, ni siquiera aunque fuera diferente. Alguien dijo: «Es Yasmine, es Yasmine» y entonces es cuando salí. Seguramente hace falta un altavoz. De verdad que no lo escuchaba. Nos habríamos ahorrado algún error».
Ella ya ha vivido las dos caras. «Estuve en una final de la Plaza de Toros, para la corte de Nuria Llopis y no salí elegida».
Y de fallera mayor infantil en 2005 «tengo una foto con Gueguel Massmanian en plan fan total. Quien me iba a decir, 14 años después, que ahora sería mi jurado».
