El Bando de Fallas es un texto en el que es muy difícil que todas las partes se pongan de acuerdo de forma unánime. Pero hay algo en lo que todos parecen coincidir: que se articulen los resortes necesarios para que no se pueda hacer botellón en la ciudad durante los días grandes. Porque la imagen es pésima, porque no reporta beneficios ni a hostelería ni a comisiones y porque no supone ningún plus positivo a la fiesta. Por eso, ayer se llegó a la conclusión de que en las disposiciones para las fiestas de 2020 haya un control sobre este consumo, que también está prohibido durante el resto del año, aunque en Fallas es más difícil de controlar, al tratarse de una fiesta global, de todas las calles y plazas.

De esta forma, la adquisición y consumo de alcohol sólo podría proceder de establecimientos autorizados para ello: bares y cafeterías por un lado y carpas y barras verbeneras por otro. «El consumo en la calle, siempre responsable, solo se podrá realizar en las zonas autorizadas a las comisiones» aseguró el concejal Pere Fuset.

Más aún, en fiestas se impondrá el uso de vasos reciclables o, en todo caso, de un sólo uso de papel o de bioplástico, de más fácil degradación. Hay que recordar que el vaso de plástico de un sólo uso, el tradicional, estará prohibido por leyes europeas a partir de 2021, con lo que es un elemento a extinguir. Los vasos reciclables se pueden suministrar en los casales mediante la fianza de un euro, algo que, normalmente, debe hasta dejar un margen de beneficio a las comisiones, puesto que lo normal es que no se devuelva una gran mayoría de los mismos.

Por otra parte, las orquestas y discomóviles deberán disponer de limitadores de decibelios.

La verbena del día 7, a debatir

Queda por definir un aspecto complicado, al que lleva el calendario de este año: las fechas de las verbenas. Porque, tradicionalmente, se autorizaba una en el sábado «prefallas». El problema es que este año o se considera esa fecha el 7 o el 14 de marzo.

Las comisiones lo tienen claro: las cinco fechas a las que, por norma, tienen derecho, quieren que sean el 7, 14, 16, 17 y 18 (descansando el 15, que es noche de «plantà» y además domingo). Porque el plan B es hacer del 14 al 18 de un tirón (sobre el papel, un exceso).

Estas fechas siempre han estado relacionadas con la autorización de las carpas, que este año tienen un endemoniado calendario: si se autorizaran para estrenarlas el viernes 6, se quedan cinco días completos (desde el domingo 8 por la tarde hasta el viernes 13 por la tarde) sin uso.

Otra cosa es que se autoricen las verbenas ese día 7, con sus barras, pero no la carpa, para así liberar a la ciudad de unas carpas infrautilizadas durante parte de toda la semana posterior.

Esta mala combinación se suaviza en los calendarios de 2021, 2022 y sucesivos, pero en las próximas fiestas es donde se produce la peor secuencia de días.