¿Cuándo se eligen las falleras mayores de València?

Depende de cada jurado. Lo normal es hacerlo la noche anterior o, como muy tarde, a la hora de comer del día del nombramiento. Lo ideal es tenerlo todo bien atado y haber dejado finiquitadas las discusiones si las hubiere. Obviamente, depende mucho de cada año y de que la decisión esté más o menos "peleada". Y, por supuesto, guardando el secreto más absoluto y no filtrarlo (¡qué difícil es eso!). Son citados en el ayuntamiento con media hora de diferencia para redactar el acta. Y de ahí ya no se mueven.

¿Quién debería saber antes los nombres de las elegidas?

Los miembros de la Junta Central Fallera. Por eso se reúnen en el Salón de Cristal. Allí se celebra un pleno extraordinario en el que el jurado da el sobre con el acta al alcalde. Éste, ritualmente, debe preguntarles si lo abre ahí o si lo hace en la asamblea de presidentes del hemiciclo. Siempre se renuncia a esa potestad.

¿Quién sabe el veredicto antes?

Aparte del presidente y secretario general de la JCF, lo conocen en los servicios de protocolo municipales para preparar el operativo y el traslado de las autoridades.

Y luego, obviamente, aquellos a los que un jurado indiscreto lo filtra. Lo que dice muy poco del sujeto en cuestión. Estas filtraciones previas incluyen, o pueden incluir, candidatas muy vinculadas a algún jurado (mal hecho) y que éste le informa o de que sale o de que no sale.

¿Cómo fue el cambio en la llamada telefónica

Hasta la elección de las falleras mayores de 1992 se leía el nombre de la agraciada en público y el alcalde o alcaldesa les llamaba desde el despacho. Ella, obviamente, se enteraba por la radio. Pero en la elección para ese año se incorporó la llamada en directo tras la petición realizada por un histórico miembro de la asamblea de presidentes, Emili Camps.

¿Siempre ha funcionado la llamada?

¡No!. En alguna ocasión no se ha cogido a la primera o se ha escuchado el contestador de "se encuentra apagado o fuera de cobertura en estos momentos". Pero estos errores se subsanaron siempre al segundo intento.

¿Es verdad que se "espiaba" la llamada?

Cuando se disponía de los teléfonos de cada candidata (no existía la Ley de Protección de Datos), en más de una ocasión se miraba subrepticiamente el movimiento de los dedos del secretario general en el momento de hacer la llamada para saber, unos segundos antes, quien era la elegida.

Filtración en la elección de la fallera mayor de València

¿Cómo se supo el nombre de la elegida antes de tiempo en 2005?

Durante unos años, Rita Barberá hacía la broma de amagar con enseñar el acta. Pero uno de esos primeros años la enseñó e hizo un gesto elocuente de lo largo del nombre escrito. El que más, el que menos, ya dedujo que la elegida era "Carmina-Gueguel-Massmanian-Estellés"

¿Dónde ven la elección las falleras vigentes?

Por definición, en casa de la fallera mayor. Y de ahí, juntas, se marchan al domicilio de la elegida para felicitarla, hacerse una foto y salir discretamente.

¿Y donde lo ven las candidatas?

En casi todos los casos es (o era) en sus casas, rodeadas de los más íntimos. En octubre de 2021, habida cuenta de la situación sanitaria y de la posible aglomeración, muchas optaron por seguirlo en el casal, con falleros de su comisión. Como ocurrió con Carmen Martín, sin ir más lejos.

La reacción de la fallera mayor de València al conocer su nombre

La reacción de la fallera mayor de València al conocer su nombre T. García

¿Qué era la "fallera suplente"?

Una figura que duró, erróneamente, desde 1980 a 1989. Cuando se elegía la fallera mayor "a dedo" existía una suplente en la corte, pensando en que alguna de las elegidas pudiera renunciar.

Una vez la fallera mayor se eligió de entre las doce de la corte (a partir de 1980), lo que se hacía era curioso: se elegían 12 y una suplente, pero ésta ya con nombre y apellidos. No participaba de las pruebas de selección a fallera mayor. Y cuando se elegía una, ella ya pasaba a incorporarse a la corte de honor.

Eso, hasta que, para 1990, se decidió elegir 13 de un tirón y que todas participaran en esa fase final. Las dos últimas, las de las cortes de 1989, fueron Leonor Camps en mayores y Mónica Muñoz en infantiles.

Actualmente sigue habiendo suplentes, hasta un total de tres, para posibles renuncias. Nunca ha hecho falta recurrir a una suplente y sus nombres se guardan celosamente porque no es conveniente que ninguna finalista de la Fonteta sepa que se quedó "a un paso" de ser elegida, puesto que son las "14ª, 15ª y 16ª clasificadas".

¿Por qué se controla la entrada al domicilio de las elegidas?

¡Porque se robaban cosas!. Los domicilios se llenaban de todo tipo de curiosos. Ahora sólo pueden pasar personas muy determinadas, incluyendo miembros de la JCF con misión, la corte, las falleras del año anterior, el jurado, medios de comunicación, familiares, representantes de la comisión de la agraciada... amigos, miembros de la comisión y curiosos tienen que esperar abajo.

Algún marco de plata, alguna escultura, volaron de las casas de elegidas.