El presupuesto de la Junta Central Fallera parte de salida con unas previsiones más acordes con la realidad de los últimos años, en los que la diferencia entre lo «previsto» y lo «realizado» obligaba a solicitar dinero suplementario al ayuntamiento para cuadrar las cuentas. En 2020 habrá 2,54 millones para coordinar y organizar la fiesta de la ciudad, una cantidad que el concejal Pere Fuset destacaba por ser sensiblemente superior a los 2,1 en los que estuvo anclado durante la última legislatura del PP. Pero aparte de adecuarse a las realidades, también es el resultado de incorporar una persona más en el apartado de administración. Ya son cinco los profesionales que trabajan en este organismo, en lo que el edil considera «necesario para hacer frente a la implantación de la Plataforma integral de Administración Electrónica y para aumentar la atención al cliente». También suben algunas partidas como un 7 por ciento a los fuegos artificiales para, como se reconoce, «acercar el coste de las mascletades al precio de mercado». También aumenta la dotación para la indumentaria de falleras mayores y cortes (en 27.000 euros). También destaca el aumento de un 40 por ciento de las previsiones de gasto en recompensas (los «bunyols») en consonancia con la realidad, puesto que cada vez se entregan más, especialmente de «brillants», las más caras.

No se renuncia a créditos

Fuset advirtió, en el Consell Rector, que no renuncia a las habituales modificaciones de crédito para cubrir las necesidades si se producen más gastos -teóricamente, por organizar más o mejores actividades- «más allá de trabajar más en los patrocinios con la nueva figura del asesor. Pero es, además, el mejor presupuesto base de la década, lo que nos permite ponernos a trabajar más y mejor».