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Tasas

Los talleres de la Ciudad Fallera tendrán una bonificación del IBI

La medida impulsada por el ayuntamiento se recibe con agrado en el Gremio, pero reconociendo que abarca a pocos profesionales, a la vez que recuerdan la inacción de la Generalitat y el Gobierno

Los talleres de la Ciudad del Artista Fallero tienen atractivo turístico por su singularidad. vicent m. pastor

Desde hace dos años, el ayuntamiento, (Cultura Festiva y Hacienda), estaba trabajando en conseguir un alivio económico para los artistas que trabajan en la Ciudad del Artista Fallero. Después de aparcarlo el año pasado porque las disposiciones tributarias en los presupuestos ya estaban decididos, en la edición de 2020 ya es una realidad. Los artistas falleros que sean propietarios de los talleres y que desarrollen la actividad profesional artesana gozarán de una bonificación en el Impuesto de Bienes Inmuebles, atendiendo a la singularidad del oficio que desarrollan y el espacio aún más singular en el que lo hacen: las naves de Benicalap. En concreto, en el año 2021 ya sería de un 95 por ciento del total del arbitrio.

¿Qué valoración hace el sector? Buena sin grandes entusiasmos. En términos absolutos y relativos. La opinión del portavoz del Gremio, Ximo Esteve, es que «la ayuda es buena y es interesante» para completar la frase reconociendo que «realmente abarca a pocos profesionales. Cualquier ayuda que se nos de se agradece. Sobre todo, después de tantos fracasos». Una nave en Benicalap paga «entre 600 y 800 euros» de IBI. Pero las condiciones de la bonificación, tendentes a premiar a los que realizan trabajos artísticos, reduce el número de beneficiarios, ya que no son pocas las naves que ahora se dedican a otros cometidos. El cálculo habla de que apenas serían diez mil euros el ahorro para las economías domésticas de los artistas. «Toda piedra hace pared. No es ni mucho menos la panacea para la Ciudad del Artista Fallero, pero nada de lo que se haga es descartable o renunciable. Pero no podemos negar que, para los apuros del oficio, la medida es más simbólica que efectiva. Pero, como digo, bienvenida sea». Aunque con un matiz añadido: «Más allá de esta bonificación, en los presupuestos municipales no hay ninguna cantidad consignada para alguna otra acción, independientemente de que al final hagan algo». Y aunque «el grueso de la actuación no corresponde al ayuntamiento».

El problema no es esta medida, sino lo mucho que queda por hacer y la sensación de que, a golpe de pequeños parches, no se soluciona el problema. Que no es otro que si vale la pena o no mantener un complejo artesano único en el mundo, pero para un sector que atraviesa una crisis económica galopante, coincidiendo dramáticamente con el momento de más prestigio de su historia tras ser declarado Patrimonio de la Humanidad.

La medida, además, suscita debate entre los propios profesionales, agremiados o no, puesto que una buena parte del oficio desarrolla su actividad fuera de la Ciudad del Artista Fallero. Entre otras cosas, porque los volúmenes con los que se trabaja en la actualidad requiere naves de mayor tamaño que las construidas hace ahora 60 años, pensadas para fallas de bastante menor tamaño. Sirva el ejemplo de que ya en los años ochenta algunas de los talleres más importantes, como el de Vicente Agulleiro, ya tenía que trasladar piezas de falla a otros espacios fuera de Benicalap. Pero la bonificación lo que pretende es poner en valor estos talleres, que a estas alturas ya gozan de valor histórico. Algo que se considera básico para ponerlo en valor como atractivo turístico.

Pero la postura del Gremio es que el paso es insuficiente por la falta de implicación institucional. «No es normal que las Fallas y el concepto de Patrimonio de la Humanidad, sea también competencia de la Generalitat y el Gobierno de España, y que los únicos pasos los haya dado el hermano menor, el Ayuntamiento, que es el que menos medios tiene y, sobre todo, el que menos capacidad de decisión dispone». En alusión a que las grandes reformas para el complejo. «De la Generalitat, en estos momentos, no tenemos ni una sola noticia, ni una sola intención».

La «ciudad perfecta»

Y es que, de cualquier modo, las naves serían ahora mismo incapaces de acoger a la totalidad de profesionales que realizan fallas o artes aplicadas. Para el "parque tecnológico y turístico fallero" haría falta todo un proceso de recalificaciones, reformas urbanas y ayudas europeas (a las que hizo alusión, el pasado mes de febrero, la ministra Reyes Maroto, cuando visitó el barrio) para que las actuales naves fueran apenas la parte de un todo que incluyera otras de última generación, una plaza central para realizar acciones de tipo turístico, un espacio de restauración y la sede de la Junta Central Fallera (eso sí que es competencia municipal), pero a la vez con buenos accesos de entrada y salida para los vehículos especiales. Esa sería la "Perfecta Ciudad del Artista Fallero", pero que en la actualidad se antoja muy lejana en intención.

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