La prohibición de inaugurar las carpas en el fin de semana del 6, 7 y 8 de marzocarpas generó la protesta del sector Malvarrosa-Cabanyal-Beteró, que acabó por abandonar la asamblea de presidentes de noviembre. Su portavoz, el presidente del Barrio Beteró, Julián Carabantes, leyó un comunicado en el que estas fallas expresaban los perjuicios que, aseguran, causa esta medida, al no poder celebrar actos en los que reciben ingresos económicos (por ejemplo, cenas de falleros de honor o patrocinadores) a la vez que defendían la utilidad que hacen de las mismas durante esos días, enumerando los actos que se ven afectados por ello.

El concejal de fiestas Pere Fuset, le contestó que la medida, como todo el Bando de Fallas, es fruto del acuerdo y apeló a que "debemos ser conscientes de que no estamos solos en la ciudad", refiriéndose a los días que las carpas quedan en la calle cortando calles sin utilidad y le recordó que "los acuerdos, por ser acuerdos, son buenos. Y de la misma manera que este año no hay carpas falleras, hemos aumentado los días hábiles para los puestos de venta de buñuelos". Carabantes llegó a plantear que hubiera una votación a mano alzada para mostrar el sentir de la asamblea proponiendo sacar los monumentos falleros antes del fin de semana como protesta. La mesa se negó a hacerla y, finalmente, los presidentes de ese sector acabaron abandonando la reunión.

La prohibición de las carpas falleras, que no podrán instalarse hasta mediados de la siguiente semana (los días 10, 11 y 12 de marzo) es la consecuencia de la combinación "diabólica" del calendario de este año (con el día 19 en jueves), que provoca que, si se hubiesen autorizado, las carpas habrían estado cinco días en la calle sin prácticamente utilización (desde la tarde del domingo 8 a la tarde del viernes 13), más los días de montaje, que habría empezado entre el 4 de marzo (tal como sucedió en el año 2015)

Resulta evidente que la medida no es de agrado en las comisiones, puesto que pierden la comodad que supone tener ya puestas las carpas falleras y el trastoque que supone no poder celebrar determinados actos en unas fechas más o menos previstas, incluyendo, efectivamente, algunas que tienen carácter recaudatorio, y que ahora tendrán que desplazarse a otras fechas desde el viernes 13. Pero a la hora de la verdad, el hilo no fue seguido de forma clamorosa. Otros presidentes también mostraron su desazón por la medida, pero sin tanta beligerancia.