El Gremio de Artistas Falleros ha perdido a uno de sus profesionales más veteranos. Es el propio colectivo el que anunció el fallecimiento de Manuel Villalba Mingacho, conocido como «El Catxerulero», y que fue enterrado ayer.
Manuel Villalba pertenece a la serie de artistas que continuaron la «Generación de Oro» (Debón, Puche, Luna, Huertas...), con los que coincidió en sus primeros años. Su carrera artística se prolongó durante más de viente años. Su primera falla grande la plantó en el año 1963 para la comisión de Pérez Galdós-Calixto III, con la que obtuvo el premio vigésimo noveno, y su último año fue en 1985, con la particularidad de que en los años setenta no ejerció de autor (salta de de 1970 a 1981). En su última época era uno de los talleres más prolijos, llegando a plantar más de media docena de fallas en un mismo año. Fue el típico artista «de media tabla», necesario para las «Fallas del Desarrollo» (años sesenta y ochenta), un tiempo en el que el número de fallas se duplicó, pasando de las 175 a 359. Sus proyectos más ambiciosos fueron al inicio de su carrera, plantando en la categoría de bronce para Barón de San Petrillo (1965), Actor Mora (1967) y Quart-Turia (1968). Nunca consiguió una victoria, estando a punto de conseguirla en 1967, con un segundo premio en la que fue primera falla de la historia de la comisión Villanueva de Castellón-Horticultor Galán. El Gremio recordaba ayer que su nieto, el agremiado Rubén Peña Villalba, es el continuador de la saga familiar.
