El pleno de la Junta Central Fallera y la posterior asamblea de presidentes debatirán una propuesta de jurados para el concurso de Fallas Y el de Mejor Ninot de Sección, con el que se pretende ampliar el número de participantes en estas deliberaciones y acabar con la situación ventajosa de que disponen los más veteranos. De retruque, se evita la polémica del año pasado, cuando la propuesta presentada desde la directiva fallera, que buscaba la presencia de más mujeres por cuota, se consiga simplemente dando opción a nuevos participantes, donde la mujer es mayoría.

El criterio seguido en los últimos años es el de sortear las tres plazas de jurado de cada categoría dividiendo los aspirantes según los años de experiencia en estas lides. Lo que significaba que los más veteranos siempre tenían una presencia casi garantizada, puesto que se trata de un reducido grupo de apenas 66 personas.

La propuesta baja los criterios de veteranía. Así, un miembro será elegido entre los que han salido entre tres y más veces como jurado. Otro que haya salido una o dos veces y un tercero novato.

Esta fórmula significa que el primer bombo tendría 146 aspirantes (en lugar de los 66 de años anteriores); el segundo se ventilaría entre 157 posibles jurados y el tercero, el de los «rookies», entre 454, que son los que, habiendo hecho el cursillo de capacitación, todavía no han tenido la posibilidad de estrenarse.

La propuesta, sobre la que se ha buscado una base de consenso con agentes de la fiesta, tiene otras cláusulas tendentes a dar más opción a debutantes: el que sea jurado de infantiles no podrá ser de mayores. Y el que sea jurado de ninot infantil no podrá ser de mayores. Y viceversa. Cada participación como jurado supondría sumar un «año» al currículum.

Si no sales, al próximo tampoco

Las cláusulas coercitivas aumentan. No se puede ser jurado de una sección donde está la falla propia o de donde se fue fallero antaño. Tampoco donde plante el artista propio; ni donde se fue jurado el año pasado o donde existan vínculos personales confesos.

También hay una condición que trata de evitar lo que se ha detectado en no pocas ocasiones: la renuncia de un jurado porque va a una sección baja. Aquel que no comparezca, no saldría al año siguiente.

Quedaría la opción, como en otras ocasiones, de que cada comisión pueda organizarse su propio jurado, o que se lo pida a la JCF; es decir, sin entrar en concurso sino por designación directa. Todo parece indicar que la Especial trasladará este año al máximo organismo fallero la responsabilidad de facilitarle los jueces. Ahora bien, si una sección se lo organiza ella misma, la propuesta pide, aquí sí, encarecidamente, que sean mixtos.

La presencia femenina se garantiza al ampliar las oportunidades para los «novatos» y para los que tienen uno o dos años de experiencia, franjas en las que la mujer tiene mucha más presencia.