Las comisiones de falla finalizan el año en clave ecológica. Porque mientras una parte de los protagonistas de la fiesta ponían peros a lo inevitable, la obligación europea de eliminar el plástico de un solo uso, otros se adelantan al calendario y empiezan a predicar con el ejemplo, conscientes de que es momento de contribuir no ya a que la fiesta, sino la propia ciudad y más, sean sostenibles.

Ayer se confirmaron, en ese sentido, dos gestos importantes en esa carrera no sólo por eliminar residuos, sino también incluso por reparar los daños que la propia actividad, ineludiblemente, genera.

Como plan general, la concejalía de Ecología Urbana confirmó la distribución de vasos reutilizables a todas las comisiones para las próximas fiestas. Se trata, de esta manera, de atender la petición que hizo el pasado viernes la Interagrupación de Fallas al alcalde Joan Ribó: que el consistorio echara una mano en el ánimo de las propias comisiones de poner de su parte. Los vasos evitan el abuso del plástico, pero cuestan dinero. Como gesto por parte de la municipalidad, se repartirán noventa mil vasos, a uno por fallero con lo que esa partida de gasto no se tendrá que formular. A partir de ahí, los vasos que son de uso público (los que se despacharán en las verbenas) formarán parte de la propia explotación de las mismas. Por norma, el consumidor las adquiere por una fianza de un euro y muchas de ellas no se devuelven, con lo que incluso de obtiene un ligero beneficio. Aún así, la Junta Central Fallera está a la espera de cerrar uno de sus patrocinios, que incluye una oferta de vasos a muy bajo coste para las comisiones.

«Ejemplo de sostenibilidad»

Ayer, el concejal Sergi Campillo aseguró al respecto que «queremos que nuestras fiestas sean un ejemplo de sostenibilidad y contamos para esta tarea con la colaboración imprescindibles de sus protagonistas. Las Fallas son un ejemplo de cara a la ciudadanía del trabajo y la responsabilidad por una ciudad limpia y sostenible»

Para el concejal de C ultura Festiva, Pere Fuset, que es quien corrió con el desgaste de anunciar la prohibición, es la culminación de una experiencia que ya se había puesto en práctica en agrupaciones y fiestas populares de forma experimental. «Las Fallas son líderes en la reducción del plástico desechable y esta iniciativa forma parte de sus propias peticiones».

Y Convento, más «verde»

Por la noche, la comisión de Convento Jerusalén daba un salto de calidad al anunciar la puesta en marcha de su programa no ya para reducir el huella de carbono, que también, sino para convertirse en la cuarta organización de la Comunitat Valenciana (y primera en el ámbito festivo-cultural) en alcanzar el sello «Yo Compenso», que concede al Ministerio de Transición Ecológica. La comisión ha calculado, siguiendo los baremos oficiales, que sus emiciones de CO2 en los últimos años han sido, sucesivamente, 14,4, 20,6, 22,2 y 12.9 toneladas, provocadas fundamentalmente por el gasto en combustibles y electricidad.

Para compensar estas emisiones existe esa fórmula de recuperar consistente en hacer labores de reforestación. La cita elegida es para febrero, donde se trasladarán a una zona quemada en Lliria donde plantarán mil árboles (bastantes más de los que les corresponderían por baremo). El lema de la iniciativa es ser la comisión aún más verde, teniendo en cuenta que éste es el color corporativo de la comisión.

La iniciativa de la comisión ha sido activada por el ingeniero experto en energía y fallero de la comisión Javier Cervera, que es quien ha coordinado el expediente. El presidente Francisco Segura ofreció la idea «a todas las comisiones de València para demostrar que las fallas no sólo son fiesta, ruido y carpas, sino cultura y formación, especialmente para los más pequeños».