Al igual que sucedio en 1989, la exaltación de las falleras mayores de València tiene la incógnita de la novedad, especialmente en un acto que es prácticamente inmutable en el tiempo. Pero, en esta ocasión, el cambio es tan grande como que se ha ido a otro lugar. En su momento, del Teatro Principal al Palau de la Música. Y ahora, aunque sea de forma provisional, de éste al Palacio de Congresos. Un recinto que, huelga decirlo, no tiene la solemnidad deseable para este evento, pero que es el único que, descartado el Palau de les Arts -porque o las salas están ocupadas o porque la inclinación no lo recomienda, tal como quedó demostrado en la Gala de la Cultura de hace dos años-, es el único espacio que puede garantizar una cantidad aceptable de butacas.

Ese fue, de hecho, el motivo por el que el Principal, solemne como ninguno, fue abandonado tras las exaltaciones de Marta Querol y Sandra Leiva en 1988. Las comisiones tardaban tres años en acudir. En el Palau de la Música, perdido ese punto de solemnidad, y mandando a los presidente a la parte trasera, sí que garantiza, por lo menos, una asistencia más masiva.

Revive el ensayo de la Exaltación de 2019

Revive el ensayo de la Exaltación de 2018

El Palacio de Congresos es una solución de urgencia, para los años que duren las obras en el recinto de conciertos. Ayer, como es fácil imaginar, el aspecto era frío. Hace falta una labor de vestido del escenario. Los tronos están a un mismo nivel, pero como el frontis es ancho, ninguna fallera de la corte quedará tapada por otra.

Por evidente cuestión de espacio, y porque no es un lugar para celebrar conciertos, la Banda Municipal no actuarà en la segunda parte. La música será "enlatada". Y la salida de las falleras será desde los dos accesos naturales que tiene la sala. Eso sí, se han construido dos escaleras nuevas para que no tengan que acceder desde los laterales.

Las exaltaciones han cambiado sus fechas: Consuelo Llobell, el 25 y Carla García el 26. A las siete y media y cinco y media, respectivamente. En el caso de la mayor se adecua a un horario mucho menos intempestivo del que había sido tradicional.

Ahora, tanto ellas como las 24 falleras de la corte ya conocen el peso de la banda.