Las mesas de trabajo pueden servir para mucho o para poco. Depende de las ganas de llegar a consensos o de la viabilidad de los mismos. Lo importante, de todos modos, es dar un primer paso. Y eso es lo que anunció ayer el concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, coincidiendo con el último día de entrega de «ninots» en la Exposición, esa que se inaugurará mañana, viernes, a las siete de la tarde y que permanecerá abierta hasta el 14 y 15 de marzo.

La mesa sería una continuidad de los debates que han mantenido las federaciones de Especial y Primera A, que establecieron unas alturas máximas de sus obras. Ahora se trata de « apuntar posibles medidas de solución a la problemática actual del oficio». Se sentarían «artistas y representantes del colectivo fallero y estará abierta a la participación de profesionales de la gestión cultural- para analizar con todas las visiones posibles la situación profesional que afrontan los artistas falleros y apuntar posibles propuestas para colaborar en la salvaguardia de una profesión imprescindible».

El problema es de sobra conocido: la relación entre los costes de producción y el pago por parte de las comisiones no alcanza el umbral de la rentabilidad. Es una culpa compartida en el que se mezclan carencias y excesos por uno y otro lado. El constante goteo de cierre de talleres es un indicador de que algo grave está pasando. Y una de las últimas opciones es sentarse a hablarlo, aunque da la sensación de que la solución es complicada, que pasa ineludiblemente por que la relación ingresos-gastos sea sostenible. Así, la Concejalía de Cultura Festiva creará en las próximas semanas esta comisión, con la participación directa de artistas y agentes falleros, «para que con la cremà de las Fallas de 2020 se empiece a construir consensos y propuestas que aplicadas por el Ayuntamiento de València o trasladadas a otras administraciones puedan ser ya efectivas en la protección de los artistas en las fallas de 2021».

Anoche, los artistas finalizaban la entrega de los ninots. Nuevamente con unas calidades incluso innecesariamente buenas. Tan sólo un artista, Antonio Rubiño, no llegó a tiempo, aunque si las lleva hoy podrá participar en la muestra fuera de concurso.