Los presidentes infantiles de falla vivieron ayer un nuevo episodio de igualdad a la hora de ser considerados representantes de sus comisiones. Y lo hicieron con absoluta normalidad, la que no había sucedido hasta ahora. Todos ellos acudieron al Palacio de la Exposición con una foto y todos recibieron una de la fallera mayor infantil de València. Lo mismo que sus respectivas falleras mayores infantiles. Se consumaba así la idea propuesta por el concejal de fiestas, Pere Fuset, y aceptada en el pleno y la asamblea, de que los niños tuvieran la misma condición que las niñas, puesto que su cargo no es ejecutivo y sí representativo.

En algún caso se repitió lo que fue el detonante de la idea el año pasado: que un niño sin fallera mayor infantil acudió en solitario a entregar una foto. Imágenes que, por cierto, no hay niño que no se haga en recuerdo de su año de «mandato». Ahora es doble trabajo para la fallera mayor infantil, que tiene que duplicar el número de fotos firmadas -en valenciano y con frases que sirven igual para chicos que para chicas-. El intercambio de imágenes se plasma, en el caso de Carla, en una caja de fotos que quedarán dentro de su particular baúl de los recuerdos (por cierto, pocas de ellas llevan dedicatoria). El nombre y la falla, y pocas frases de «espero que pases un reinado inolvidable». Y en el de falleritas y falleritos, también en su particular caja de fotos, insignias y demás recuerdos.

Este acto es un vestigio del pasado, de un protocolo que, muy cerca de los días grandes, se llamaba «presentación de la fallera mayor (o infantil) a las falleras mayores (o infantiles) de las comisiones» y que con el paso de los años ha ido creciendo en contenido y tiempo. Ahora, al acabar cada tanda, los y las protagonistas disponen de un rato para departir.

Y niñas de presentadoras

La participación infantil se completó también con la presencia de dos de las niñas premiadas en el concurso de declamación para ser quienes nombradan a cada comisión y representantes. Quizá ahí el único pero: si a los mayores les cuesta conocer el nombre de todas las comisiones, los infantiles deben saberlo antes para no «trabucarse». Entre otras cosas, porque en el escenario han demostrado que no lo hacen.