![¿De quien era la "mano misteriosa" que apareció en la Crida?](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/4cb2d418-63ee-4523-8d01-cc4f0798775f_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg "¿De quien era la "mano misteriosa" que apareció en la Crida?")
Más allá de la música previa, la llegada, los discursos, la pirotecnia, la Salve, los manteos, los aplausos y todos los elementos que rodean a la Crida, no hay año en la que haya un acontecimiento o un momento, inesperado, que se convierta en protagonista. En este caso, el elemento viral ha sido "la mano misteriosa". Una mano y un brazo que aparecieron, de repente, desde detrás de la balconada desde donde Consuelo Llobell pronunciaba su discurso.
Durante el discurso de la fallera mayor apareció una mano soteniendo el pie del micrófono que, dada su endeblez, además, se iba desplazando para acercarse a la boca de Consuelo. La fallera mayor aguantó con entereza la presencia del "cuerpo extraño" en un momento en el que, por lógica, las pulsaciones le irían a mil y en la que la concentración era básica para estructurar bien el discurso y su entonación.
Se trataba de un técnico de sonido (indispensable en la zona para cubrir cualquier imprevisto), que se tiró literalmente al suelo para, agachado, proceder a tan rudimentaria forma de mejorar el sonido -ante la imávida mirada de todos los allí presentes-. La mano misteriosa apareció primero en el momento de empezar Consuelo su parlamento, para alzarle el pie después de haber estado ajustado a la estatura de la infantil, Carla García.
Tras unos primeros minutos si novedad, la mano, y el brazo entero, se convierte en el protagonista, al tratar de acercar el micrófono a Consuelo o sujetando el pie de forma excesivamente visible. Durante el discurso, se constató que no se escuchaba bien en algunas zonas de la plaza. Aunque no era un problema de micrófono, sino de megafonía porque, por ejemplo, en la transmisión televisiva se escucha el sonido de la fallera mayor sin ningún tipo de problema. En el tramo final, después de tan heterodoxa aparición, la mano bajó a una zona inferior, simplemente para sujetar el pie. Pero aún le quedaba un último cameo, cuando Consuelo ya está pidiendo al público que alce los estandartes, apareciendo nuevamente en toda su extensión durante unos segndos. Pero quedó una imagen poco estética para la transmisión televisiva (el público en la plaza no se dio cuenta, pero el televiisivo lo vio en primer plano) que lo convirtió en protagonista involuntario de la noche.
Vídeo del discurso completo de Consuelo Llobell
