Las expresiones de Manolo Martín y José Ramón Espuig en la plaza eran de todo menos de preocupación. Más allá de la de ir haciendo el trabajo como toca. Pero la mañanita fue como para saltar las alarmas. Y la verdad es que, en el fondo, hubo suerte. Porque aunque los cuerpos centrales son, por definición, piezas fuertes, una mala caída desde algo más de un metro de altura puede provocar una rotura en la carpintería y, por consiguiente, un quebrando mayor que el que tendrán que reparar ahora.

Y es que ayer empezaba el permiso para que las fallas de Especial y Primera empezaran a llevar piezas a sus plazas. Forma parte de un todo: llevar y arrimar, preferiblemente en una esquina. Todo en aras a ir vaciando el taller. Y la falla municipal era la que, a primera hora, más madrugaba.

Pero el traslado de las primeras góndolas estuvo marcado por un accidente-incidente. El convoy se metió por la calle Peset Aleixandre y, al pasar por las vías del tren, la catenaria tiró al suelo una de las piezas grandes. Puso ser peor. Para la falla, porque si cae tontamente, se podía haber quebrado, y un cuerpo central son palabras mayores en materia de estabilidad. Y para el transporte público, porque podía haberse quedado sin servicio. En cualquier caso, un error de cálculo durante el traslado. Las piezas de una falla no suele tener problemas para superar las barreras en forma de cables de cobre de la ciudad. Pero no ocurrió así en esta ocasión. Se trata del cuerpo central de la chica, de grandes dimensiones.

El nuevo concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, se acercó hasta la zona cero para conocer de primera mano el estado de las cosas y le quitó hierro inmediatamente. «El maestro mayor me ha transmitido que no es algo por lo que preocuparse en absoluto. Ha sido más aparatoso de que lo parece, un pequeño accidente, un rasguño. No es nada que con un poco de masilla, lija y pintura no se pueda solucionar».

50 años del Coloso

No es la primera vez que una falla de la plaza sufre desperfectos. El más importante fue la caída y destrucción del Coloso de Rodas, del que se cumple ahora medio siglo, pues fue en 1970. Más cerca, en 2006, unos vándalos quemaron una parte de la falla ya plantada, pero se pudo rehacer gracias al trabajo conjunto y a la robótica. Caídas durante un traslado son infrecuentes, pero ocurren de vez en cuando.

La falla municipal estará hecha de madera, cartón, corcho blanco... y cemento y metal. Porque el primer elemento que se ancló en la plaza fue el mecanismo con el que se moverá durante los días en que esté plantada. Se trata de una cruz de cemento, sobre la que se extenderán unas vigas de hierro que sujetarán en alto la gran figura central. En el centro, una torreta esconde el mecanismo.

El PP pide un monumento

La primera actividad es en la plaza. Precisamente allí, el Partido Popular quiere que se reconozca la labor del otro gran colectivo que trabaja en estas fechas: el pirotécnico. Un viejo proyecto de primeros de década que no llegó a materializarse, y que Ciudadanos rescató también en 2016. Ha sido Santiago Ballester quien ha planteado nuevamente la idea aprovechando la remodelación de la Plaza del Ayuntamiento «y que se tenga en cuenta la instalación de una escultura o monolito en reconocimiento a la profesión».