Como es tradición, las Falleras Mayores de València dieron el pistoletazo de salida a las Fallas 2020, desde las Torres de Serranos, el pasado domingo, 1 de marzo. Durante 19 días, València se llenará de música, monumentos, gente y sobre todo pólvora, mucha pólvora. La Crida del domingo estuvo acompañada de la primera “macrodespertà” y la primera Mascletà de las Fallas, que volvió a estar a cargo de Peñarroja.

La Fallera Mayor de València, Consuelo Llobell, se refirió a las Fallas durante la Crida como “una fiesta de arte, de luz, de color y de tradiciones”. Sin embargo, desde hace unos años, una pastelería de barrio trabaja por introducir un nuevo elemento característico a estas fiestas: el chocolate.

En noviembre de 2015, Nacho Gómez y Alicia Ribera decidieron crear una nueva pastelería, con la “voluntad de compartir con los demás nuestro amor por el chocolate y sus bondades, desde una simple tableta hasta el bombón más satisfactorio”. Con tal de lograrlo, se fijaron en la isla de Papúa Nueva Guinea, que cuenta en su parte este con una pequeña zona de cultivo de chocolate de gran calidad: la plantación Maralumi.

Así nació Papúa Chocolates, una empresa dedicada exclusivamente al sector del chocolate y la bombonería artesanal de alta calidad. Creada en noviembre de 2015, todo su equipo, encabezado por su maestro chocolatero y su diseñadora artística, tienen una gran experiencia y formación en el sector.

Así pues, para estas Fallas, desde Papúa Chocolates han preparado una serie de productos especiales y dedicados a estas fiestas, como peinetas y zapatos de chocolate -con todos los detalles- o cajas de “masclets”. Y es que, el lema de Papúa para estas fiestas es que “No hay Fallas sin chocolate”.

Cinco siglos de pasión

Desde que Hernán Cortés trajese a Europa el chocolate que bebían los aztecas, allá por 1528, este tipo de alimento amargo se ha convertido en uno de los acompañantes favoritos para muchísimas personas.

Se trata de un alimento antioxidante y muy beneficioso para la salud, según confirman los expertos. Además, el chocolate amargo tiene unas características únicas que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

En Papúa Chocolates apuestan por explotar todos los sentidos a través de innovar y experimentar con este producto, con tal de potenciar todo su sabor. Así pues, no temen en fusionar este producto con cualquier acompañante o especia, huyendo del abuso del azúcar.

Como ellos mismos dicen, “el chocolate es lienzo, pero también pintura”: “Se deja tocar, modelar, abrazar… y en manos expertas cobra formas inusitadas”. Otro de los grandes reclamos de Papúa Chocolates es la artesanía, por lo que elaboran figuras a partir del chocolate, aprovechando la habilidad de su maestro chocolatero para moldear el producto y conseguir resultados increíbles, tanto por encargo como fruto de su inspiración.

Pese a la sofisticación de sus productos, Papúa Chocolates es una pastelería de barrio, algo que siempre lleva a gala. Su principal preocupación siempre son sus clientes, por ello tratan de conseguir siempre la máxima calidad en sus productos y dar el mejor servicio posible. Además, sus chocolates son aptos para celíacos, veganos y diabéticos.

Papúa Chocolates cuenta, además, con Valrhona como su único proveedor. La marca de chocolate francesa, reconocida mundialmente, tiene una calidad excepcional e inigualable en sus materias primas, además de fomentar la igualdad y el comercio justo en el mundo a través de su proyecto Live Long. Todos los ingredientes que utiliza Papúa Chocolates en la producción de sus productos pasan un control de calidad para asegurar que el cliente final reciba un producto que marque la diferencia.

Sus tiendas, ubicadas en las calles Pobla de Farnals y Bachiller de València, están hechas con mucho gusto. La imagen de la entrada y de su interior permiten que las visitas estén cómodas y sepan que el producto es algo en lo que no fallan, hecho artesanalmente. Lo primero que llama la atención al entrar en las tiendas es un aroma muy agradable a chocolate y sus estanterías llenas de tabletas de chocolate, bombones, encargos y personalizaciones.

Por último, cabe destacar que todos los miembros de su equipo poseen un alto nivel de conocimiento y formación sobre chocolate y sus productos, lo que les permite asesorar a sus clientes de la mejor forma posible. Además, permiten la personalización en cualquier pedido y disponen de un servicio de entrega a domicilio en toda la Península.