Los componentes de la Falla Doctor Collado dieron ayer una muestra de civismo y de compromiso con el patrimonio. Hacia las 23 horas, por propia iniciativa, colocaron vallas en la puerta posterior de La Lonja para evitar el botellón en las escaleras del monumento y que los incívicos orinasen en este valioso inmueble, que es Patrimonio de la Humanidad.

Tal como informó el presidente de la comisión David González, los propios falleros instalaron estas vallas cuando vieron que algunas personas se sentaban en las escaleras del edificio y para evitar que ensuciasen su entorno. Además, después de acabar la verbena, «como venimos haciendo desde hace más de 20 años la empresa que tenemos contratada limpió toda la plaza» antes incluso de que llegasen los servicios municipales. También, los propios falleros daban una vuelta por la calle lateral y por la posterior al monumento, que entra en la demarcación de la falla, para sensibilizar al público que estaba en la zona y disuadirlo para que tuvieran un buen comportamiento. «Cuando veíamos a gente bebiendo o incluso que iba a orinar en la calle, les informábamos de que viniesen a nuestra fiesta para que no consumiesen en las escaleras de La Lonja ni por la calle; y les acompañábamos a nuestros váteres para que orinasen en un lugar adecuado si lo necesitaban».

Por ende, han vuelto a instalar carteles en valenciano, inglés y castellano, de motu propio, para concienciar a quienes acuden a su verbena de que tienen que divertirse manteniendo el máximo respeto a esta joya del patrimonio valenciano y universal. El propio DJ informó a los asistentes de que nunca se superarían los 90 decibelios permitidos para no perjudicar el descanso de los vecinos mientras que la falla distribuyó vasos reutilizables para evitar que se acumulen los residuos plásticos en la vía pública.

«Por la experiencia de otros años, nos molesta mucho -dijo González- que se asocie la imagen de la Lonja y su entorno llena de basura, con nuestra falla, porque esos residuos no son generados por nuestra verbena sino por público proveniente de otros actos falleros de otros puntos de la ciudad», recalcó.

Pese a los esfuerzos de los falleros para que las calles queden limpias hay veces que chocan con el vandalismo de los viandantes. Un ejemplo es lo ocurrido en la Plaza del Negrito donde sus festeros han denunciado en las redes sociales que la calle de Els Valencians y la plaza del Correo Viejo son usadas como urinarios pese a que pocos metros más arriba están instalados los váteres portátiles que paga la comisión.