El parte de incidencias de la Cruz Roja en el día de ayer incluía la evacuación de una persona por sufrir un cólico nefrítico. Se trata de una de las falleras de la corte de Consuelo Llobell. En concreto, Helena Espert, quien está sufriendo un calvario por un problema renal desde el pasado mes de febrero.

A primeros del mismo es cuando sufrió el primer cólico. A pesar de los terribles dolores no quiso abandonar los actos (el intercambio de fotos) hasta que la dolencia era insoportable y ya tuvo que acudir por primera vez a un centro hospitalario.

Aquella dolencia, como suele ser habitual en los cólicos de riñón, se superó aparentemente sin dejar rastro. Pero no ha sido así y, varias semanas después, se le han reproducido. Ya el sábado tuvo que guardar reposo, pero el comingo decidió volver a salir. A pesar de los dolores, la fallera del Mercado Central cumplió durante la primera parte del día (la visita al Parque de Bomberos), pero la cosa empeoró nuevamente y tuvo que ser llevada en ambulancia. Helena deberá aprovechar el inicio de semana, que es más flojo de actos, para recuperarse por completo de semejante infortunio. Hasta el alcalde Joan Ribó la llamó en persona para interesarse por su estado. En la actualidad, la fallera se encuentra en casa, medicada, confiando que el problema remita de una vez.

El cólico nefrítico se produce por la presencia de una piedra y se caracteriza por el dolor insoportable (se dice de esta enfermedad que es "más dolorosa que un parto o incluso más"). Sólo se soluciona cuando el cuerpo extraño abandona el conducto y caer por el uréter hasta la vejiga. Se trata, además, de un tipo de dolencia que no entiende de edades. Una joven de 22 años como es la fallera del Mercado está ya en posibilidades de riesgo. Lo dramático del caso es sufrir tres procesos en un mes y más en un momento tan excepcional en la vida de la persona como es ser de la corte de honor y llegar a los momentos clave del ejercicio.