Las comisiones y ciudadanos particulares se han lanzado a adquirir los ramos preparados para la Ofrenda para evitar el descalabro económico de las floristerías. Muchas comisiones han apelado al carácter familiar de estos comercios o a la relación de muchos años que tienen. Incluso se han dado casos de solidaridad entre oficios.

Es el caso de Judith Górriz, que es peluquera y que ha tenido que suspender todos los turnos de peinado de valenciana -con el perjuicio económico que le comporta-. Ella ha adquirido los ramos que tenía previsto llevar a la ofrenda como fallera de Obispo Amigó-Cuenca, una forma de colaboración solidaria entre el mundo fallero cuyo coste no supera en ninguno de los casos los diez euros.

La venta, por otra parte, tendrá que acelerarse antes de que se lleve a efecto el cierre de los comercios. Las comisiones habían establecido la jornada del sábado como la más habitual para pasar a recogerlos en el casal o se les había recomendado acudir directamente a la floristería.

Para este año las nuevas fechas de las Fallas son la semana entre el 15 y el 19 de julio, por tanto las flores que ya estaban encargadas para la semana que viene no tenían salida alguna, estaban condenadas a la basura. Pero la adquisición solidaria ha sido la manera generalizada, pues casi todas las comisiones lo han hecho así, de resolver un problema grave que podía elevarse hasta los cinco millones de euros. Hay que tener en cuenta que en la ofrenda a la Mare de Déu salen al menos cincuenta mil falleras y todas ellas portan un ramo para la Virgen.

Ahora la ofrenda se realizará los días 17 y 18 de julio, aunque debido al calor se está barajando la posibilidad, como adelantó ayer este periódico, de hacer tres jornadas en vez de dos, lo que permitiría empezar el desfile a las seis de la tarde y hacerlo menos sofocante.

Esta decisión, en cualquier caso, no está tomada. Todo dependerá de que la evolución de la enfermedad sea favorable.