Los pirotécnicos, los músicos y las bandas de música, y los organizadores y promotores de eventos musicales como discomóviles, verbenas o castillos piromusicales se han visto muy perjudicados por la elección de los días 15 al 19 de Julio para celebrar las Fallas 2020.

La decisión se ha tomado «unilateralmente», afirma el prestigioso pirotécnico Ricardo Caballer, o como dice el productor musical Vicente Ferrer, «solo se ha tenido en cuenta a quienes montan y queman la falla pero a ninguno de los otros sectores relacionados con la fiesta como la música o el ocio».

La coincidencia de las Fallas de julio con la celebración de la Festividad de la Virgen del Carmen y con otros festejos estivales supone un grave problema para los pirotécnicos y para los profesionales que viven de actos musicales como verbenas y orquestas. «Nos tendremos que multiplicar pero no vamos a poder atender a los actos y «cremaes» de València y el resto de pueblos, y también a los actos festivos de medio centenar de municipios de la Comunitat Valenciana», subraya Ricardo Caballer.

En una reunión celebrada hace dos días en la asociación valenciana Piroval, los pirotécnicos valencianos mostraron su malestar porque no se les ha consultado a la hora de trasladar la fiesta a julio. No en vano, Caballer duda de que la industria pirotécnica nacional «tenga capacidad suficiente» para producir lo necesario como para dar servicio a las fallas de Valencia y decenas de ciudades, y al mismo tiempo, disparar los fuegos artificiales en las fiestas patronales y populares de multitud de municipios valencianos.

Por eso una solución que propone -una vez se supere la crisis sanitaria del coronavirus «que es lo primero en lo que tenemos que centrarnos», apunta- es que se dé libertad a los pueblos y ciudades que no dependen de la Junta Central Fallera para que hagan sus fiestas falleras en otras fechas que no sean julio. Así por ejemplo si Gandia, Cullera, Alzira, Paterna, Torrent, Aldaia, Alaquàs, Lliria, Benaguasil, Carcaixent, L'Eliana? por citar solo varios ejemplos, pudieran celebrar sus actos falleros cuando les cuadren mejor en función de sus propias celebraciones, la medida también beneficiaria a estos sectores económicos y productivos que trabajan para las fallas pero también para otras actividades como los moros y cristianos o las fiestas patronales.

Recuperar la mitad de la actividad

Para las pirotecnias, explica Ricardo Caballer, si solo se celebrasen las Fallas de València y de los 4 pueblos dependientes de la JCF en julio ya habría «otro 50 por ciento de nuestra actividad» que se podría «liberar, desestacionalizar y celebrar esos actos pirotécnicos en otras fechas como mayo, septiembre u octubre». Por tanto sí se podría dar servicio de más calidad a las Fallas y a las otras fiestas patronales. Máxime si se tiene en cuenta que los actos pirotécnicos de fallas son contratados por comisiones en muchos casos, pero los de las fiestas de los pueblos tienen incluso más presupuesto porque los pagan los ayuntamientos lo que supone más ingresos para los profesionales del fuego.

En parecidos términos se expresaba el productor musical Vicente Ferrer, que organiza eventos musicales y de ocio llave en mano, y para el que la anulación de las Fallas en marzo ha resultado un duro varapalo. Ferrer está muy molesto con las autoridades de València porque no han contado con nadie «más allá de los que hacen la falla» y eso va a acarrear graves problemas futuros. Para los DJ, los montadores de escenarios, los técnicos de luces y sonido, las empresas de catering, las firmas que montan barras y carpas, el personal de seguridad?.

Todos estos subsectores, comenta Vicente Ferrer, han recibido un enorme palo económico con la suspensión de las Fallas en marzo que no se va a ver compensado por el traslado a julio dado que «tenemos ya muchos contratos firmados para hacer fiestas populares y no vamos a poder llegar a todo». «Trataremos de multiplicarnos -comenta este promotor de espectáculos- pero habrá que adaptarse a las circunstancias si de aquí a allí no se ha encontrado una solución». Ya hay empresas, comenta, que han tenido que hacer despidos y ERE.