El mundo de las fallas ha perdido a uno de sus históricos. Enrique Miñana Juan. A los 88 años desaparece una de las personas que condujo la Transición en el mundo de las fallas bajo la presidencia de la Junta Central Fallera de Enrique Real.

Enrique Miñana, "el hombre del puro", fue presidente de la comisión de Pie de la Cruz entre 1978 y 1982 para, pocos años después, ser incorporado a la directiva de la Junta Central Fallera.

Durante este periodo trabajó especialmente en el área de incidencias y régimen interior, economía y deportes, entre otras. Trabajó en la mejora de los seguros falleros -era fabricante de extintores- y fue el único directivo que se mantuvo después de la salida masiva tras las Fallas de 1985, cuando Enrique Real sufrió la mayor crisis que ha tenido una JCF, al quedarse con tan sólo un miembro en la cúpula. De esta forma, Miñana estaría tanto en la primera etapa, con los Pere Maroto, Evaristo García, Ginés Blaya o Rogelio Domínguez, como en la siguiente, con Josechu Rey de Arteaga, Josep Alarte, Miguel López, Alfredo Prats o Manuel Latorre. Con el fallecimiento, en los últimos años, de Real, Latorre y ahora de Miñana, quedan muy pocos supervivientes de estas épocas históricas de la fiesta, incluyendo a Maroto y Evaristo García.

Otra de las aportaciones de Miñana fue la de promover y presidir la federación de fallas especializadas en la lotería contra reembolso. Fueron innumerables las gestiones que hizo ante el Servicio de Correos y Comunicaciones para tratar de obtener ventajas en los envíos. Precisamente, estas comisiones le rindieron homenaje en 2015, en la que fue una de sus últimas apariciones públicas.

Gestiones aparte, también fue importante en lo emocional. Durante todos estos años fue acompañante y confidente de todas las falleras mayores de València.