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Incertidumbre

El mundo fallero empieza a asumir que las fiestas podrían no ser en julio

La opción de desplazarlas a los meses de septiembre u octubre cobra fuerza dada la evolución de la crisis sanitaria - Los artistas quieren quemar sus obras para darle continuidad al ejercicio

Imagen de la «cremà» a puerta cerrada de la falla de la plaza del Ayuntamiento. g. caballero

En caso de terminarse la liga de fútbol profesional, los últimos partidos se jugarían en junio y julio a puerta cerrada y se da por hecho que los conciertos o eventos multitudinarios tendrán que dejarse al menos para después del verano. Así pues, en el mundo fallero sus principales representantes empieza a hacerse a la idea de que las Fallas de 2020 seguramente tampoco podrán celebrarse entre el 15 y el 19 de julio, como ha previsto el Ayuntamiento de València. El propio alcalde, Joan Ribó, ya dijo el jueves que la decisión final se comunicará el 15 de junio valorando la evolución de la epidemia; y entre las comisiones falleras y los artistas falleros se trabaja ya en distintas hipótesis más allá del actual aplazamiento.

Ximo Esteve, portavoz del Gremio de Artistas Falleros, ve «complicado» que las fiestas puedan celebrarse en julio, así que ya piensa en distintas opciones que incluyen también la posibilidad de no quemar fallas este año.

En su opinión, el objetivo primero es quemarlas, cerrar el ejercicio y trabajar para el año que viene con un calendario más corto en el que podrían eliminarse algunos de los actos más conocidos o incluso prorrogar un año más el reinado de las actuales falleras mayores.

Los meses de septiembre y octubre podrían ser buenas fechas para ello, asegura, y en caso de que la epidemia lo impidiera, otra opción podría ser no quemar este año y hacer monumentos más grandes para el 2021 aprovechando el material que ya está confeccionado, y más grandes aún para el año 2022, de manera que se recuperara en parte lo que haya podido perderse.

«El calendario no es el problema, porque el calendario ya ha saltado por los aires, lo que nos preocupa es la continuidad, quemar y trabajar», asegura Esteve.

Esperar unas semanas

Por su parte, el presidente de la Interagrupación de Fallas de València, Guillermo Serrano, se resiste a pensar que tampoco pueda haber fiesta en el mes de julio. Quiere esperar al menos 15 o 20 días para ver cómo evoluciona la enfermedad antes de tirar la toalla, aunque sabe que la situación es difícil. «Ahora es tontería especular», opina.

A su juicio, la decisión de aplazar la fiesta al mes de julio «fue acertada» y «ahora veremos qué pasa en las próximas semanas». «Lo mejor es el mes de julio, porque se cerraría el ejercicio sin problemas. Ahora bien, si tienes que hacer la fiesta sin mascletades, sin ofrenda y sin los principales actos porque no se puede juntar la gente, habrá que buscar un plan B, que es septiembre u octubre. No más, porque si no, se juntarían dos ejercicios», explica.

Tal como evolucionan las cosas, la clave será el confinamiento. «Si seguimos en casa hasta mitad de mayo será complicado, pero es una cosa que tienen que decir los de Sanidad», explicó Serrano, quien aseguró que «hay que ir planteando escenarios», independientemente de que ahora mismo julio siga siendo el plan A.

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