Era la hija de Antonio y Manuela "los de la imprenta". A quienes, hace ahora tres cuartos de siglo, un grupo de vecinos del barrio encabezados por Vicent Galbis les propusieron que la "xiqueta" fuera la primera fallera mayor de una comisión que se iba a formar de nuevas en el Barrio del Molí de l'Esperança, Tendetes, cuando algunas viviendas se combinaban con huerta y pequeñas fábricas. En tiempos de carestía y racionamiento, en el que las Fallas empezaban a crecer como una forma de hacer un paréntesis en una vida que no era fácil. A ninguno de los dos lados del río.

Hace apenas unos días, su hijo se la encontró en su casa. El corazón le habia fallado. No había mostrado síntomas de coronavirus. En esta ocasión parece que ha sido el simple e inexorable ritmo de la vida.

La comisión, Avenida Burjassot-Joaquín Ballester, se ha quedado huérfana. Se les ha ido Desmparados Roig Mata, "Maruja", su primera fallera mayor, justo el año en que celebraban el 75 aniversario. Una efemérides a la que llegó ha tiempo. Y que han celebrado durante todo el año, con diferentes actos y retrospectivas, y con la satisfacción de haber podido contar con la pionera.

Con el paso de los años se casó con Pepe para ser "els forners" del barrio. "Actualmente no era fallera, pero continúan siéndolo sus hijos y nietos", recuerda el presidente, Ximo Fuster.

El aplazamiento de la fiesta no ha impedido que a la comisión celebrar sus conmemoraciones. Y allí estuvo Maruja. En la exposición fotográfica de cuadros de honor; en la muestra de indumentaria, incluyendo como elemento estrella su traje. En septiembre se le hizo un homenaje por ser la primera fallera mayor y se le regaló una réplica de la banda de fallera mayor, perdida por los avatares del paso del tiempo. "Fue una noche muy emotiva. Estaban todos: hijos, nietos, biznietos...". El 22 de febrero, en la exaltación de las falleras mayores, no faltó a la cita con su falla de siempre. "Y también el 6 de marzo, en la cena de falleras mayores". Ni una sola cita hasta la cancelación de los festejos. Sólo le ha faltado poder desfilar en la Ofrenda, junto con todas las que fueron como ella.

No todas las comisiones llegan a 75 años. Y no todas las comisiones, cuando lo consiguen, tienen localizada y en vida a su fallera mayor. De hecho, si tuviéramos una lista, Maruja sería una de las decanas de aquellas que ostentaron la banda en cualquier comisión de la ciudad. Y es que el tiempo pasa. Por mucho que por entonces las falleras eran casi niñas. Ahora son nonagenarias.

"Ha sido una suerte poder contar con ella en todos los actos". Y a pesar de la longevidad "nos deja la sensación de pena y de vacío, pero también de agradecimiento". Una fallera mayor para la eternidad.